El botelo valdeorrés y el botillo berciano firman la paz en O Barco

Fina Ulloa
Fina Ulloa OURENSE / LA VOZ

O BARCO DE VALDEORRAS

La cita reunió a 2.500 comensales entre el pabellón y los restaurantes

21 ene 2024 . Actualizado a las 09:35 h.

La comarca leonesa del Bierzo y la ourensana de Valdeorras están unidas por muchas cosas y entre ambas siempre ha existido un sentimiento de hermandad incluso en la desdicha de sentirse olvidadas, ninguneadas y poco unidas a sus respectivas capitales provinciales. Entre bercianos y valdeorreses fluyen el comercio, el trabajo, los matrimonios y hasta los contagios del idioma. Por supuesto comparten variedades vitícolas y viandas, aunque es justamente en la gastronomía donde, generación tras generación, se perpetúa la misma discusión bizantina: ¿quién inventó ese suculento manjar que unos llaman botelo y otros botillo?, ¿de quién fue la autoría y quién hizo la copia con alguna variación? Son preguntas que suelen protagonizar animadas sobremesas a uno y otro lado, sin encontrar jamás consenso. Eso sí, a partir de este sábado los seguidores de uno y otro van a tener que limitarse a discutir cuál de los dos les sabe más rico, porque ambos productos han iniciado el camino hacia su hermanamiento. Así lo propuso Sigifredo Benavides, el teniente alcalde de la localidad berciana de Bembibre —donde celebran el festival de exaltación del botillo— en la Festa do Botelo, tras agradecer al alcalde de O Barco, Alfredo García, que hubiese pensado en ese ayuntamiento de El Bierzo como municipio invitado especial en la 22 edición de la cita gastronómica.

La celebración de este año, pregonada por Xosé Lois González Vázquez, O Carrabouxo, volvió a llenar de emoción el Teatro Lauro Olmo. Sobre todo durante la entrega de la mención especial a Concepción Moral, del Mesón JR, el establecimiento que ella y su marido, José Arias, mantuvieron funcionando desde 1980 hasta el 2006. Juntos dejaron una impronta de calidad y buen hacer en los fogones, y de calidez y buen trato en sala, que aún hoy se recuerda y añora en la comarca. Quizá por ello cuando Marta, la hija de Concepción y Pepe, se emocionó dando las gracias por el homenaje a su madre y recordando a su padre fallecido hace dos años, sus lágrimas fueron secundadas por las de buena parte del público.

 

En el centro, y con sus dos hijos detras, Concepción Moral
En el centro, y con sus dos hijos detras, Concepción Moral Miguel Villar

Tras el homenaje llegó la hora de las viandas. El pabellón de Calabagueiros volvió a registrar un lleno hasta la bandera. Un ejército de casi sesenta personas de la firma Mantesil, capitaneados por su gerente, Berto Fernández, se encargaron de preparar y servir a las 1.300 personas que ocuparon las mesas y consumieron 900 kilos de botelo, 150 de chorizos, 300 de patatas y 350 de verdura. El banquete oficial, que se cerró con 60 tortas de chicharrones y 80 bicas, dio paso a la fiesta con los tradicionales cantos de taberna.

Paralelamente a la degustación en el pabellón, otros 1.200 comensales disfrutaban del menú en los restaurantes de la villa barquense. Cabe recordar que la exaltación del botelo (y del cocido valdeorrés) se extiende al próximo fin de semana en los negocios de hostelería de la capital valdeorresa.