En Celanova tienen la receta perfecta de rosquillas

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

CELANOVA

José Rosendo y Mari posan con las rosquillas que preparan cada día en O Forno da Hermida, en Celanova
José Rosendo y Mari posan con las rosquillas que preparan cada día en O Forno da Hermida, en Celanova Santi M. Amil

O Forno da Hermida lleva casi cien años elaborando dulces y empanadas en el municipio

10 nov 2023 . Actualizado a las 17:10 h.

La panadería O Forno da Hermida de Celanova tiene casi un siglo de vida. Se llama así porque justo al lado tiene una ermita y, de hecho, está situada en una calle con el mismo nombre. «Abriu o meu bisavó nos anos trinta e púxolle unha hache ao nome porque lle pareceu orixinal», cuenta José Rosendo Lorenzo. Él y su mujer, Mari Varela, son los actuales propietarios del obrador, en el que siguen manteniendo la tradición con la que se preparaban los productos hace cien años.

«O meu bisavó cocía a súa propia produción e tamén o que a xente do pobo lle traía, porque moitos amasaban o seu pan na casa», dice José Rosendo. «Logo cobraba en fariña ou en cartos», añade. En aquel momento el horno no era de leña, si no que se calentaba con la quema de matorrales, tojos y maleza en general. Eso se notaba en el resultado. «Agora temos un forno de leña de lume directo, que é practicamente igual que o daquel momento», dice el panadero, que lleva 44 años al frente del negocio familiar por el que también pasó su padre.

Si se le pregunta a José Rosendo, en O Forno da Hermida todo está rico. Y lo cierto es que lo avalan los clientes que acaban con el producto día tras día. «Facemos empanadas como as facía o meu bisavó. Tapámolas con verzas para que non se queimen e metémolas no forno, onde botan unha hora», cuenta. Pasado ese tiempo les sacan las hojas para que se doren unos minutos más. «Para nós é importante manter a tradición que fai que todo saia ben e saiba coma sempre», dice el panadero de Celanova.

Uno de los productos estrella de O Forno da Hermida son las rosquillas, favoritas de muchos vecinos de la comarca y de la provincia. «Saen moi ben, pero deunos moito traballo conseguir a receta. O meu pai, a miña muller e máis eu démoslle moitas voltas. Fomos cambiando ingredientes, equivocándonos e mellorando ata obter a que usamos hoxe», confiesa José Rosendo. Hacen brazo de gitano, roscón, bica y pasteles. En lo salado tienen bola del país, barra blanca, baguete, centeno, pan de nueces y pasas, de espelta, de sarraceno... «A elaboración é completamente artesanal. Bótolle fermento, non masa nai. E cada peza pasa un proceso de fermentación de entre cinco e sete horas», afirma.