Una pastelería en Ourense está especializada en delicias venezolanas

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

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Ana Carolina, con sus hijos, Daniel Andrés y Emily Carolina, en Lilium
Ana Carolina, con sus hijos, Daniel Andrés y Emily Carolina, en Lilium Alejandro Camba

Ana Carolina Díaz hace desde golfeados a cachitos de jamón cada día en Lilium

10 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El dulce siempre es una buena opción para empezar el día (o el año). Después de unas fechas cargadas de excesos, no hay por qué perder el ritmo y nada mejor que continuarlo probando comida típica de otro país. Ana Carolina Díaz no abrió su negocio, la cafetería y pastelería Lilium, en el barrio de O Couto, con la intención de que la reconociesen por hacer cocina venezolana. Pero el hecho de que tuviese productos típicos (y caseros) de Venezuela como cachitos, golfeados o tarta de piña, fue generando que Lilium sea una tienda venezolana.

Ana Carolina es hija de un emigrante retornado de Celanova. Ella se vino de Maracay hace cuatro años junto a sus hijos, Emily Carolina y Daniel Andrés. En Venezuela era contable pero en Ourense empezó a trabajar en la hostelería. «La pastelería siempre fue mi mayor afición», cuenta. Por eso hace un año decidió emprender y abrir una propia en la ciudad. Se llama Lilium y está en la esquina de la calle Ervedelo con Doctor Fleming. «Hice varios cursos para especializarme», explica. «Me han puesto la etiqueta de ser un local venezolano, aunque no todo es propio de mi país. Hasta hemos hecho roscón de Reyes», afirma. Tienen de todo. De la cocina caribeña preparan pan de jamón, tarta tres leches (que vende en versión individual), tartaletas de fresas y también pie de limón con merengue.

En Lilium hacen tostadas, pasteles y tienen todo tipo de cafés y refrescos. «Sale muchísimo la tortilla», cuenta Ana Carolina. La hace de maravilla porque lleva comiéndola desde niña. Aunque no es típica de Venezuela, su padre enseñó a su madre a cocinarla y después aprendió ella. «Mucha gente viene recomendada por otros clientes y eso es lo que más me llena, la verdad. Saber que lo que cocino gusta, es una alegría», termina.