Parada de Sil recupera para el turismo una fábrica de chocolate

JESÚS MANUEL GARCÍA OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Los dueños de Chocolates Casares cedieron las viejas instalaciones al Concello para hacer un pequeño museo

01 mar 2013 . Actualizado a las 21:12 h.

La familia propietaria de la vieja fábrica de chocolate de Teimende, materializó la cesión de las instalaciones al Concello de Parada de Sil. La viuda e hijas de Ricardo Casares acudieron al acto, orgullosas de que el legado de la industria familiar no se pierda. El alcalde, Paco Magide, destacó que se hará un pequeño museo del chocolate con paneles interpretativos. Este proyecto, dijo, sirve para «recuperar a memoria local como símbolo de identidade de Parada». Se intentará que haya financiación del plan europeo Leader, «e se non, farémolo con fondos propios».

Por parte de la familia firmó e intervino Rosa Casares Prieto, en presencia de su hermana Dolores y la madre, Dolores Prieto Graña. La industria la había heredado su padre en los años 50, modernizándola con la introducción de la electricidad. Compró nueva maquinaria: molino, mezcladora, refinadora, tableteadora y frigorífico. Y llegó así la innovación con texturas finas, chocolates de mezcla con vainilla, leche o cacahuetes. «O cacao comprábase ao Estado, era monopolio e había que pagar o imposto primeiro e despois ir recoller o cacao», dijo. Las tabletas se empaquetaban en papel de aluminio, que evitaba la humedad, y la distribución se hacía, primero a caballo y después en moto y, en los sesenta, en furgoneta, por casi toda la provincia y Lemos. Había campañas de márketing con vales regalo dentro de cada tableta para canjear por utensilios de cocina. También patrocinaban las fiestas locales.

Multinacionales

Aquel mundo romántico se hundió cuando las empresas multinacionales introdujeron, en los años 80 del siglo XX, los sucedáneos de cacao. La maquinaria de la fábrica no estaba preparada más que para trabajar con cacao auténtico. Rosa Casares explicó que el chocolate era el típico regalo para las mujeres que acababan de dar a luz. «Conservamos un documento do ano 1938, do médico don Guillermo, no que pedía zucre para a fábrica de chocolate de Teimende porque a escasez de chocolate causaba problemas de saúde pola súa ausencia», señaló. La familia propietaria está convencida de que Ricardo Casares estaría orgulloso de esta cesión al Concello. La fábrica, una pequeña casa vieja, se encuentra en mal estado y conserva toda la maquinaria de la época. Sus dueños, en vez de comerciar con ella, decidieron cedérsela al Concello para ponerla en valor y recordar una actividad industrial muy especial que hubo en la aldea de Teimende. La fábrica cerró sus puertas en los años ochenta del pasado siglo. La introducción de sucedáneos de cacao derivó en un abaratamiento de precios por lo que las pequeñas fábricas tuvieron que cerrar. No se podía seguir haciendo chocolate artesanalmente. El de Parada va a ser el primer museo chocolatero de Ourense y quizás de Galicia. El más cercano es el de Astorga. Ahora se está volviendo en algunas comunidades a defender el chocolate artesano. Pero en Parada de Sil ya es tarde. Ahora llega el tiempo de mostrar en las mejores condiciones aquel pequeño universo dulce en el que se molía el cacao y se trataba envuelto en dosis de prudencia, esfuerzo y superación, la de una familia que heredó la industria del abuelo paterno, Arturo Casares.

Se ha confeccionado un cartel que contiene todos los envoltorios de los distintos chocolates que salían de Teimende. Hoy, contemplarlos, es una delicia. Hacían tabletas de medio kilo del chocolate a la taza. Y las multinacionales no lo fabricaban, explicaba Dolores Prieto Graña, porque era más rentable hacer varias tabletas finas para las meriendas y de medio kilo salían varias. Queda el recuerdo de una época en la que en la provincia ourensana hubo varias fábricas de chocolate artesanales, que fueron desapareciendo. Al menos esta podrá visitarse. Como dijo el alcalde, «o rural pode ofertar posibilidades a quen queira buscalas. No caso de Parada de Sil , hoxe hai turistas que pernoctan aló».