El largo verano de Kepler

Jorge Mira Pérez
Jorge Mira EL RINCÓN DE LA CIENCIA

OPINIÓN

22 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Ayer pasamos el solsticio de verano, la noche más corta del año. De todos modos, las tardes seguirán creciendo unos cinco días más (las mañanas ya llevan una semana decreciendo). ¿Cómo? La Tierra da una vuelta sobre sí misma en 23 horas y 56 minutos, pero en ese tiempo se desplaza también alrededor del sol y necesitará unos 4 minutos más de media para rotar un poco más y volver a colocarse en la misma orientación respecto a él (por eso decimos que el día tiene 24 horas). Pero es que, en su vuelta alrededor del Sol, la velocidad a la que va corriendo la Tierra no es siempre la misma: en torno al 4 de enero iba a unos 110.700 kilómetros/hora y el 4 de julio irá a unos 103.500. Eso se debe a que el camino que hace no es una circunferencia perfecta: nos acercamos más al sol el 4 de enero (y por eso la Tierra corre más, para no caérsele encima) y el 4 de julio estaremos más lejos. Esa diferencia de velocidades, comprendida por el gran Kepler hace cuatrocientos años, es la que hace que las tardes sigan creciendo un poquito más y también es la razón de que el verano en el hemisferio norte dure unos cinco días más que en el sur.