¿Rubalcablabla o el Talleyrand español?

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

27 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Químico, nunca gozó de la química de las urnas (el as del político). Zagal con González y sénior con Zapatero, la historia del poder del partido va escrita en su piel. Para unos, un Talleyrand español (especialista en reinventarse hasta cuando ya era imposible). Para otros, un fino político de pasillos y de salones ministeriales apegado con Loctite a la adrenalina del poder. De palabra fácil y abundante, Rubalcablabla sonrojó ayer a todo el mundo cuando en su marcha, justo en su marcha, desveló que él no seguía aferrado a Ferraz para intentar ser candidato otra vez. Que su círculo más íntimo ya lo sabía. Un fenómeno, teatral hasta en su última rueda de prensa. De chaval era velocista, pero en política fue un fondista hasta que se desfondó. ¿De verdad continuaba para salvar los muebles del Titanic y llevarse él todos los palos o cruzaba los dedos por detrás y soñaba con una segunda oportunidad contra Rajoy, la derrota más dolorosa? Ahora Rajoy, sin Rubalcaba, tendrá que cambiar su discurso único: el de la herencia recibida. Ya no colará. Como tampoco parece que cuela, vistos los resultados, seguir trampeando el programa electoral, menos en el aborto. Al PP y al PSOE, que todavía ganan, se les ha acabado la exclusiva de la caja de caudales de los votos. ¿Cómo juzgará la historia de España a Rubalcabla? Como la del atletismo a Zapotek. Búsquenlo en Google. La pregunta no es si sobrevivirá el PSOE a la marcha de Rubalcaba. La pregunta es: ¿Sobrevivirá el PSOE al juego revuelto que se avecina?