Los comunistas españoles descubren ahora que no se puede ir de la mano del PSOE y nos proponen liderar un proceso constituyente en España, que se presentará el 31 de mayo en algún lugar con la presencia del joven Garzón, Tsipras, dirigente de Syriza, y el mismísimo Beiras, nos dicen los jefes del PCE en Twitter. Cabría preguntarse con qué autoridad pretenden liderar quienes siendo republicanos restablecieron la monarquía; quienes pactaron una ley electoral para que ganara UCD; quienes amnistiaron los crímenes del franquismo o legislaron en beneficio de la banca y en contra de las personas (sentencia del TUE sobre la legislación hipotecaria española); quienes transcurridos 36 años de democracia no han hecho otra cosa que ser el invitado a la mesa del PSOE cuando los ha necesitado.
Los partidos vanguardia de la transición política, como el PCE o EUiA, y sus marcas blancas IU e ICV, no pueden liderar nada porque forman parte esencial del problema, se ubican en un lado del sistema que es injusto con las personas, bajo la percepción ciudadana de que se han transformado en familias mafiosas, castas del siglo XX dispuestas a perpetuarse. La vanguardia está en la calle y en la generación más joven, que son quienes leen en red, quienes estudian y producen teoría de la representación política, quienes dominan las nuevas tecnologías de la comunicación y son, en definitiva, quienes protestan y quienes convocan y movilizan a las personas. Resulta pretenciosa esta vieja izquierda de Cayo Lara y el joven Garzón, engañados sobre su realidad electoral por los medios. Y en esa idea de que sus reflexiones son definitivas sobre el destino colectivo, su particular guerra de guerrillas, que si es frente amplio o bloque social, lo que no es otra cosa que la pugna por que la cremallera de nomenclaturas lleve más dientes de mi lado que de cualquier otro.
Se equivocaría Beiras si se fotografía con la tropa de Centella aunque los acompañe Tsipras: se quedaría en tierra de nadie. No hay estructura política ni medio de comunicación que sujete lo que tiene que suceder, con Anova o sin Anova en Galicia, y desde luego que sin IU/ICV en España. Alguna prensa de Madrid promociona ahora a Cayo Lara; terminará como otra de Barcelona, que promocionando la propuesta soberanista de CiU benefició electoralmente a ERC y a Ciutadans. No es que ya no manden, es que ya no se enteran. Anova se equivocó invitando a los de Cayo Lara, pero la vida no es otra cosa que un continuo de aciertos y errores. La deuda no es de las personas normales y no la van a pagar. Dudamos mucho que puedan aceptar nuestras condiciones porque los vamos a arrollar, dice la nueva vanguardia. A los partidos del siglo XX, naturalmente: ahí está el éxito electoral. Esa foto se hará sin Beiras, al que ahora le toca acertar.