Un meteorito sobre la Zarzuela

OPINIÓN

17 feb 2013 . Actualizado a las 13:17 h.

Los meteoroides orbitan alrededor de la Tierra sin que pase nada. Hasta que un día se salen de su trayectoria y entran en la atmósfera convertidos en meteoritos potencialmente dañinos. Como el caso Nóos. Durante años ha gravitado sobre la Zarzuela sin que aparentemente nadie fuera consciente del riesgo real que suponía. Primero, mirando hacia otro lado respecto de los negocios del duque y de sus más que sospechosas conexiones con algunas de las Administraciones más derrochadoras, como la valenciana de Camps, la balear de Matas y, por lo que se empieza a saber, también la tenaz candidatura olímpica de Ruiz-Gallardón. Es difícil de creer que nadie supiera nada en palacio y que la infanta Cristina fuera ajena a las actividades de su marido y de las empresas en las que ella figuraba. Es más consonante con la realidad la versión de que todo se montó e hizo a su amparo, aprovechando la sombra protectora y el influjo de la Casa Real. Está por ver si con su aquiescencia o con un negligente laissez faire. Una irresponsabilidad culpable en cualquier caso.

Y con igual lenidad reaccionó la Zarzuela al proceso judicial. Quizás por inconsciencia del pecado, acostumbrada a bordear la frontera de lo público y lo privado. Quizás por la soberbia del poderoso, que piensa que su sola sombra amedrenta. Quizás por la arrogancia de quien cree que todo se puede comprar, hasta los silencios. Pero hay jueces íntegros. Y personas orgullosas que se revuelven contra quien les quiere pisotear. Si la onda expansiva amenaza a las personas, el propio meteorito puede abrir un cráter en la Zarzuela. Y hay teorías que atribuyen a estos fenómenos la extinción de los dinosaurios.