Planes, replanes y contraplanes

| ANDRÉS PRECEDO LEDO |

OPINIÓN

01 jul 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

LA nomenclatura relativa a los instrumentos de planificación, aún siendo bastante estable, ha ido cambiando de acuerdo con los métodos, pero la velocidad de cambio en Galicia se ha acelerado en la última semana. Por un lado, el presidente de la Xunta de Galicia nos presentó a bombo y platillo una nueva figura: el replán. Se trata de un plan bis, o sea repetido, que en lugar de aportar elementos y contenidos nuevos se limita a sumar los proyectos en marcha, en construcción o previstos, que ya fueron objeto de anteriores planes y, tras su territorialización, se presentan como un nuevo plan. Me refiero al Replán de Reequilibrio Territorial, que ha adoptado como futuros motores de dinamización los municipios que ya lo están siendo, es decir los que ya crecen, con lo cual el resultado está asegurado. Otra cosa es que lleguen a actuar como centros de difusión del crecimiento hacia los espacios circundantes para lograr el reequilibrio buscado. Naturalmente, una vez diseñada la nueva figura y hechos públicos sus contenidos, la conselleira competente del Gobierno de la Xunta de Galiza se apresuró a anunciar, también a bombo y platillo, un nuevo replán, con parte de los contenidos ya anunciados, como son los parques arqueológicos que, por si fuera poco, ya formaban parte de otro plan que en su momento anunció e inició Pérez Varela, lo cual ya nos aproxima a la insólita figura de triplán. También en estos días, el presidente de la Xunta de Galicia, además de asombrarnos por sus elevadas miras con un simpático satélite de cómic, nos comunicó que el ministerio estaba ultimando el programa para enajenar los terrenos ociosos de Astano con fines industriales. Lógicamente, el conselleiro competente de la Xunta de Galiza repitió que esperaba que en ese plan no se excluyese la construcción naval, lo que parece razonable, y que ya en su momento había presentado en su plan. Así se configura el contraplán. No es que trate de una metodología nueva, ya que antes se hicieron cosas parecidas sumando las acciones sectoriales previstas y elaborando planes de papel, pero tal riqueza de nomenclatura sí que es una aportación interesante. Parece que debemos exigir de nuestro Gobierno un poco más de seriedad y de rigor, y al menos un mínimo de coordinación, porque de no ser así, lo preferible es que se planifique menos y se ejecute más. Galicia, donde la ejecución de obra pública autonómica está bajando y donde la deuda publica está aumentando, se lo agradecería.