El misterioso dentista turco

MERCADOS

Un halo de misterio rodea al personaje. Lejos de disiparlo, esta historia le agrega incógnitas. Ni siquiera sabemos si el apellido Cheriguian identifica a uno o a varios «odontólogos» de origen turco establecidos en Galicia y Asturias en el primer tercio del siglo pasado

06 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La duda surge al observar que Arménak Cheriguian Nigogoss, prestigioso «cirujano-dentista» que no poseía el título de bachiller, dueño de la más afamada clínica dental de España, utilizó también otros nombres de pila: M. Arucénak, Ernesto, Haig, Elar o Jaime.  

Arménak irrumpe en Ourense en 1900 y monta su clínica en el segundo piso del número 12 de la calle Instituto. En el mismo edificio donde el doctor V. Auboín tenía su Gabinete Quirúrgico Dental a finales del siglo XIX, como advierte David Simón, cuyo blog Diario de un médico de guardia me ha puesto en la pista del personaje. Cheriguian presenta sus credenciales a la sociedad ourensana. Se autotitula cirujano-dentista y profesor, asegura ser miembro honorario de la asociación de dentistas de Francia y haber estudiado -«antiguo externo»- en la Escuela Dental de París. Lo avalan, dice, diversos diplomas y medallas de oro obtenidos en concursos internacionales y la «práctica adquirida» en Francia, Alemania, Suiza, Rusia y Portugal.

La clínica de Arménak dispone de los «últimos modelos» de máquinas electrostáticas para rayos X, radiografía y electroterapia. En su laboratorio construye dentaduras artificiales y en la sala de operaciones trata las afecciones de la boca y de los dientes, «orificaciones, empastes y todo lo concerniente a la ciencia dental». El cirujano-dentista atrae rápidamente a una amplia clientela, pese a sus tarifas nada módicas, porque «este gabinete no necesita reclamos de baraturas imposibles ni valerse del charlatanismo». Pronto las fronteras ourensanas le quedan estrechas y el turco gira consulta, periódicamente, en otras ciudades gallegas. Armado con su «magnífico gabinete portátil», establece su consultorio ambulante, durante días, en el Hotel Suizo, de Santiago, o del Hotel Méndez Núñez, de Pontevedra.

En 1903, Cheriguian -Ernesto- se casa en Ourense con María Vales Díez. De este matrimonio solo hallamos un rastro veintitrés años después: las autoridades militares tratan de localizar al mozo Amando Cheriguian Vales, «en paradero desconocido», para incorporarlo a filas.

La fama del singular personaje se extiende. El Diario de Galicia le dedica, en febrero de 1913, una reseña hagiográfica. De E. A. Cheriguian Nigogoss, resalta el periódico compostelano sus «vastos conocimientos», la «singular pericia de que se halla dotado», su «espíritu innovador», sus «concienzudos trabajos» de investigación científica» y «sus preclaras aptitudes».

DOS NUEVAS CLÍNICAS

El torrente de elogios coincide, quizá no casualmente, con la expansión del negocio. Cheriguian abre una nueva clínica en Pontevedra, en la calle Michelena, una «instalación moderna que reúne todas las condiciones que requiere el arte dentario». Y casi al mismo tiempo, pone en marcha una rimbombante clínica en Gijón, considerada por algún periódico madrileño como una de las mejores de España. Si la primera lo coloca en la élite de la sociedad pontevedresa, la segunda, de hacer caso al diario La Época, se convierte de inmediato en la «predilecta de la buena sociedad gijonesa».

La segunda parte de esta historia transcurre en Pontevedra. En esta ciudad, en junio de 1914, obtiene Cheriguian -Elar- la nacionalidad española, y lo celebra con un banquete en el café Moderno. Al año siguiente, se frustra su propósito de cursar la carrera de Medicina en la Universidad de Santiago: el Ministerio de Instrucción Pública lo autoriza a matricularse, siempre que le «sea reconocida la equivalencia del título de bachiller obtenido en Turquía», pero el interesado -el «señor Haig Cheriguian, nacido en Constantinopla y naturalizado en España»- no pudo demostrar poseer tal título.

Por esas fechas, los odontólogos pontevedreses titulados denuncian a Cheriguian por intrusismo. Manuel Filgueira, decano del Colegio Médico Oficial, Juan Torres Moya y Prudencio Canitrot Argibay llevan la voz cantante. Canitrot resume la indignación del trío: «¿Para qué se precisan institutos, universidades, seguir carrera de ningún género, ni poseer título que autorice el ejercicio de una profesión?». Lamenta Canitrot que Cheriguian goce «de inmunidad y de gran autoridad profesional» en Pontevedra, mientras que en Gijón le habían clausurado un gabinete. Corren ríos de tinta, pero Cheriguian se mantiene a flote en ambas ciudades.

En diciembre de 1916, cuando el debate sobre el intrusismo alcanza su punto álgido, Jaime Cheriguian Nigogoss, «reputado odontólogo» y «joven armenio nacionalizado en España», contrae matrimonio en Pontevedra con Dolores Álvarez-Quiñones. ¿Hablamos de un hijo, de un hermano o acaso del propio Arménak que se casa por segunda vez y estrena nombre acorde con su nueva nacionalidad? Me inclino, sin prueba documental que  lo confirme, por la tercera opción.

EL RASTRO DE CHERIGUIAN

A forma de epílogo, tres huellas postreras para ayudar a desvelar el «misterio Cheriguian»:

-Una fotografía del bombardeo de un cuartel de Gijón por la aviación franquista. Consta en el dorso de la foto, depositada en el Museo del Pueblo de Asturias, su autor: fue obtenida por Arménak Cheriguian el 14 de agosto de 1936, desde una ventana de su clínica gijonesa.

-Un dibujo, realizado por un niño de catorce años y conservado en la Biblioteca Nacional, de dos aviones alemanes que bombardean una ambulancia. Fechado en Valencia el 24 de enero de 1938, su autor es Alberto Cheriguian: un hijo de Jaime -¿Arménak?- Cheriguian y Dolores Álvarez-Qiñones.

-Un solitario mensaje subido al Facebook el 6 de octubre del año pasado: «S.O.S. Por favor, estoy solo. Después de veinte años por las calles de Madrid de sintecho he adquirido una enfermedad horrible: Parkinson, no tengo absolutamente a nadie que me ayude por lo que os agradecería me ayudaseis en la medida de vuestras posibilidades. Tengo la intención de ir a Estocolmo hospital Karoliska, donde me pueden curar esta dolencia, gracias por vuestra atención» [sic]. La llamada de socorro se cierra con el número de una cuenta corriente y la firma de Jaime Martínez Cheriguian: un nieto de Jaime y de Dolores, y sobrino del niño que durante la Guerra Civil dibujaba aviones con la cruz gamada en el fuselaje.