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Portazo en Bruselas al pacto del arrastre

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

SOMOS MAR

XOAN CARLOS GIL

Consejo y Parlamento no se ponen de acuerdo para prohibirlo en aguas profundas

16 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuatro año de negociaciones y la Unión Europea sigue sin su nuevo reglamento para la pesca en aguas profundas. El Consejo de ministros de Pesca, la Eurocámara y la Comisión cerraron el martes el último trílogo de negociaciones sin acuerdo. El futuro del arrastre sigue en el limbo.

¿Qué se negocia?

El marco regulatorio para la pesca de profundidad, unas normas fundamentales para garantizar la actividad pesquera y la sostenibilidad y conservación de las especies del fondo marino más vulnerables. El documento pretende dar un vuelco al estrepitoso fracaso que cosechó la normativa del 2002. Las negociaciones han pasado por muchos altibajos, manteniendo a la flota de arrastreros gallegos en vilo. La UE todavía deberá aclarar a qué profundidad se prohibirá el uso de este arte de pesca, si se extenderá a aguas internacionales o cuán importante será la presencia de observadores a bordo. «Las conversaciones están en un punto crítico. Tras cuatro años de negociaciones estamos a punto del acuerdo», asegura la eurodiputada Izaskun Bilbao (PNV), parte en los trílogos. No hay fecha para la próxima reunión, pero la presidencia holandesa del Consejo quiere despachar el asunto antes de que expire su mandato (1 de julio). «Será difícil. El calendario del brexit lo complica. No quieren que se avance nada hasta el referendo», aseguran fuentes diplomáticas. Reino Unido tiene a toda la flota escocesa de arrastre pescando en aguas de la UE.

¿Cuáles son las posturas?

El Consejo, con el visto bueno de España -que hace tiempo se aferraba a la posibilidad de acotar la restricción a donde no hubiese huella pesquera-, defiende que la prohibición del arrastre se fije a partir de los 800 metros de profundidad. Los 28 ministros de Pesca quieren que ese límite se aplique solamente en aguas comunitarias del océano Atlántico nororiental y que la presencia de observadores a bordo de los pesqueros sea obligatoria si se capturan hasta un 15 % de especies profundas por marea. En cambio, la Eurocámara no sintoniza con el deseo de los ministros del ramo. Exige una cobertura del 100 % de supervisores. Una cuestión «espinosa», según fuentes negociadoras. Quiere además extender la prohibición del arrastre a aguas internacionales y rebajar la profundidad de los 800 metros. 

¿Cómo afectarán los cambios a Galicia?

Las estimaciones varían mucho en función de a quién se pregunte. La conselleira do Mar, Rosa Quintana, aseguró en un principio que las restricciones más allá de los 600 metros en aguas de la UE  afectarían a unos 300 buques gallegos y tendría un coste de más de 160 millones. El secretario general de Pesca, Andrés Hermida, descartó un impacto directo al asegurar que los arrastreros gallegos en Gran Sol no faenan a esas profundidades. Por norma general, ningún buque español apto para pesca de profundidad (unos 450) lo hace a más de 800 metros de profundidad en aguas de la UE. Para el Gobierno español lo importante es que no se extienda la prohibición a las aguas internacionales «donde la mayor parte de los buques españoles y gallegos sí pescan a más 800 metros». Galicia tiene fuera de la UE a 3 bacaladeros y 30 congeladores. El sector denuncia que la prohibición de 800 metros en aguas de la NEAFC, donde Galicia tiene 25 arrastreros, puede dar ventaja a sus competidores noruegos e islandeses, que no se ponen cortapisas a la hora de extender las redes. Además alertan de las consecuencias de sentar precedente con el límite de profundidad. Los armadores temen que ese listón se vaya acercando cada vez más a la superficie hasta su erradicación en los próximos años