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Toda Europa busca cómo aprovechar el pescado que no se devolverá al mar

salvador serantes VIVEIRO / LA VOZ

SOMOS MAR

AITOR IMATZ

Debaten si además del uso animal pueden dedicarse al consumo humano y cómo

18 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Ya se aplica la normativa comunitaria que en el 2019 pretende acabar con los descartes. La imagen pública ha sido determinante en el acuerdo político que prohíbe devolver al mar el pescado. Dirigentes públicos y gestores del sector de los Estados miembros de la UE debaten cómo cumplir la legislación sin fomentar la sobrepesca ni distorsionar los canales de comercialización. Se trata de no tirar capturas al mar y de sacarles el máximo partido. No es posible para consumo humano directo, pero hay más opciones que las harinas. Tanto en España como en otros países, tratan de definir si pueden ser para consumo humano indirecto o exclusivamente para uso animal.

Representantes de los pescadores, científicos y autoridades de diferentes países analizan alternativas. Su primer propósito es definir qué es consumo humano indirecto. Ejemplos de ese modo de aprovechar las capturas que no se pueden comercializar son los aditivos alimentarios, los extractos de proteínas de pescado o el aceite de pescado. ¿Y el surimi u otros elaborados? Por lo que ha trascendido, en esos supuestos se trataría de consumo humano directo y, por tanto, entrañaría el riesgo de alentar pesquerías de especies que no se podrán vender ni tirar al mar.

De momento está sin concretar qué es consumo humano indirecto y, a partir de ahí, si sería posible ampliar las posibilidades de dedicar los descartes a otros productos alimenticios para las personas. En ese escenario, quienes negocian cómo gestionar todos los pescados que no se podrán tirar al mar, sí creen factible aprovecharlo para uso animal.

Algunas ideas

Entre otras ideas, sugieren emplearlos para producir aceites de pescado de consumo animal, para elaborar comidas de peces, como cebo o como alimentos de mascotas. Otras opciones son destinar los descartes al sector de la cosmética o la farmacia, al compostaje, a los fertilizantes o a productos procesados. Incineración y ensilado son otras alternativas que están sobre la mesa.

De cualquier modo, dirigentes pesqueros y autoridades de los diferentes países se inclinan por abordar el aprovechamiento de los descartes desde un enfoque comunitario. Todo bajo la premisa de ofrecer a la pesca la mayor claridad y, al mismo tiempo, de garantizar la igualdad de condiciones entre todos los profesionales de la pesca europea.

¿Qué legislación le aplicarán?

Todo lo que se hace en la UE está marcado por diferentes normas y reglamentos. De la legislación para los descartes de la pesca dependerá, en última instancia, el partido económico que pueda obtener la flota. Si se consideran subproductos animales, tendrán que ser gestionados como tales y, por tanto, solo cabría emplearlos para la industria. Si van para el sector farmacéutico o el de los piensos, el destino determinaría la norma de aplicación.

En el complejo y novedoso diálogo internacional sobre los descartes también se analizan las condiciones de conservación a bordo. Entre otras cuestiones, hay que tener en cuenta la norma sobre higiene de los alimentos, independiente del destino final de esos productos del mar.

El Parlamento gallego intenta que la UE compense las consecuencias de los descartes

De la erradicación de los descartes y de las consecuencias para la flota pesquera gallega se habló ayer en una Comisión del Parlamento gallego. Daniel Rodas, portavoz de Pesca del BNG, consiguió el respaldo del resto de grupos a su propuesta de dirigirse al Estado español y a la UE con el propósito de que adopten «medidas para compensar a aplicación da normativa de descartes pesqueiros». Sobre todo porque, como expuso Rodas en la Comisión non Lexislativa para Asuntos Europeos, la prohibición de devolver al mar capturas «supón menos cotas, menores ingresos e caída da rendibilidade».

«Cultivadores de peixe»

Como posibles destinos de los descartes, Rodas mencionó harina de pescado, aceite de pescado, piensos, aditivos o productos farmacéuticos. Esos usos, añadió el diputado nacionalista, «parecen o modelo ideado para os cultivadores de peixe, pero non para os traballadores do mar».

Según ese parlamentario, los armadores «reclaman medidas alternativas» para la gestión de los descartes. Puso como ejemplo que el reparto del esfuerzo pesquero «sexa proporcional ás cotas de pesca de cada país». Y apuntó otro: «Que as toneladas que non pesquen outros países como Francia, Irlanda ou Gran Bretaña poida ser pescadas por aquelas que o precisen». También aboga por facilitar «unha pesca máis selectiva, por en valor todos os produtos procedentes dos descartes de talla comercial e que os que non a teñan conten cun prezo mínimo».