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La sardina es ya la especie que más se descarga en el País Vasco

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

PEPA LOSADA

Pueden pescar sin límite en una zona y en aguas gallegas tienen un tope

29 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Los vascos se están aficionando a la sardina. Esta especie pelágica, que hasta no hace mucho apenas despertaba interés entre los arrantzales, es ya la primera especie por volumen de descargas en las lonjas del País Vasco y ha desplazado al bonito. En ese ascenso meteórico confluyen dos factores. Uno, el resbalón en la costera del túnido, con pocas capturas. Lo expresaba gráficamente un pescador vasco al diario Deia: «Había bonito en el golfo de Vizcaya, pero no lográbamos pescarlo; había mucho alimento en el mar y no mordía nuestros anzuelos. Ni nos miraba a la cara». El otro factor es el precio de la sardina que, a lomos de la demanda, alcanza cotizaciones en lonja cercanas al euro por kilo. Eso explica que los pescadores vascos no hayan tenido pudor para dejar abandonadas en puerto las cañas y el cebo vivo para rescatar de las casetas del puerto las redes del cerco. Y por eso estas semanas, rulas como las de Ondárroa, Guetaria y Fuenterrabía han estado recibiendo importantes cantidades de sardina. El año pasado se descargaron 15.081 toneladas; en Galicia, 4.808.

Pesca sin límite

Lo de la demanda no es extraño. Para evitar que Bruselas pueda imponer un TAC (total admisible de capturas), Galicia y Portugal han pactado pescar 19.005 toneladas este año, pero ese límite solo afecta a las zonas VIIIc y IXa; esto es, desde el Bidasoa al golfo de Cádiz. Todo porque, según los científicos del ICES (Consejo Internacional para la Exploración del Mar), -y eso es algo que todos comparten- el stock de la especie está en mínimos históricos, de ahí que haya que limitar las capturas al máximo. Ahora bien, el País Vasco linda con la zona VIIIb, el golfo de Vizcaya, y ahí no hay límite que valga. Si hay o no interacciones entre metapoblaciones es una cuestión que no interesa a la flota vasca, que puede pescar cuantas toneladas se dignen a entrar en la red.

Claro que en esa zona también pueden pescar los gallegos. Es más, lo han hecho y algunos lo están haciendo. Pero resulta que la mayoría de la flota está amarrada en protesta por la falta de cuotas y por eso no están llegando al mercado ni siquiera esos 6.000 kilos de sardina por semana que cada embarcación gallega tiene autorizada.