Los restos romanos hallados en Ramón y Cajal podrían ser parte de un gran edificio con zona termal

Lorena García Calvo
Lorena García Calvo LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

Los restos romanos localizados en la calle lucense Ramón y Cajal
Los restos romanos localizados en la calle lucense Ramón y Cajal Óscar Cela

Los arqueólogos analizan el último hallazgo localizado en Lugo durante las obras de peatonalización

21 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Bajo el asfalto de la calle Ramón y Cajal de Lugo hubo, hace muchos siglos, un edificio romano de dimensiones importantes. Los muros y los dos hipocaustos que las distintas fases de las obras de peatonalización del centro de la ciudad han dejado a cielo descubierto suponen un nuevo reto para los arqueólogos, que se afanan en desentrañar la historia de ese edificio.

Hace unos meses, durante las primeras obras en la calle, se localizaron restos de muros y de dos hipocaustos, que eran los sistemas de calefacción que tenían los romanos. También se localizaron pavimentos en relativo buen estado y todo indicaba que los restos de la construcción continuaba por la otra parte de la calle todavía tapada. 

La semana pasada, con los operarios levantando asfalto y tierra en ese tramo pendiente, se localizaron nuevos tramos de muro de dimensiones considerables. «Xa apareceron cinco ou seis muros grandes e os últimos achádegos podían ser esperables, logo do anterior descubrimento», explica el arqueólogo municipal, Enrique González. 

El conjunto ayuda a los especialistas a delimitar un poco más el ámbito de la edificación. «Axúdanos a definir o que cremos que era un edificio romano de grandes dimensións. Polos dous hipocaustos localizados sabemos que tiña un espacio termal, o que non podemos concretar aínda é se ese edificio era de uso privado ou se podemos estar ante unhas termas públicas», abunda González. 

La excavaciónque se está ejecutando en la calle Ramón y Cajal está limitada por las propias obras y por los edificios colindantes, por lo que no será posible ampliar la investigación todo lo deseado para hacerse una mejor composición de lugar. Pero este es un obstáculo con el que ya están habituados a lidiar los arqueólogos que trabajan en la ciudad. Aún así, intentarán investigar la zona todo lo posible para avanzar en la radiografía del Lugo de la época romana.

Una pequeña sorpresa

Los restos detectados en la calle Ramón y Cajal durante la primera parte de la intervención ya habían invitado a los arqueólogos a pensar que cuando se levantase la otra parte seguirían apareciendo más hallazgos. Aún así, reconoce González que «non agardabamos este nivel de conservación nesta rúa». Y el motivo es el siguiente. Generalmente, la instalación en su día de las redes de saneamiento o luz, por ejemplo, hizo que en su día se removiesen los suelos. Sin embargo, hay muy pocas instalaciones que cruzan esta calle y eso ha permitido que los restos romanos lleguen en bastante buen estado hasta nuestros días, a pesar de que algunos de ellos estaban casi en la superficie. 

Con el rompecabezas sobre la mesa, ahora los arqueólogos intentarán poner sentido a todo lo localizado. «Temos que completar o seguimento arqueolóxico, documentalo, facer a planimetría e a fotografía», describe Enrique González. La idea es preservar en la medida de lo posible la riqueza que la ciudad alberga bajo tierra y seguir hilando su historia.