Ganar en Miribilla no era un paseo como algunos pensaban

Ricardo Hevia

LUGO CIUDAD

LOF

Rafa Luz se adueñó del partido con unos valores más propios del Rio Breogán: garra, carácter, esfuerzo y generosidad

17 dic 2021 . Actualizado a las 00:08 h.

A Bilbao llegó el Río Breogán dejando en Lugo un ambiente de victoria poco comprensible. Asaltar el caladero de Miribilla parecía cosa hecha para algunos y los comienzos daban la razón a los que así pensaban. Esos inicios que casi nunca son decisivos. El conjunto breoganista jugaba bien, fuerte en defensa, dominando el rebote y sin necesidad de tener acierto en el tiro exterior. Todas las canastas llegaban en tiros cortos o bandejas. Sorprendía la actitud de los jugadores del Surna Bilbao, blandos, sin alma, parecía que se no jugaban gran cosa. Para colmo de sus males, el refuerzo estrella Khyri Thomas se lesionó poco después del arranque del partido.

Por aquí, en Lugo, estamos acostumbrados a la épica, a levantar partidos a base de esfuerzo y sacrificio, y rebasado el minuto 5, un jugador a punto de llegar a la treintena en edad, medio cojo —salía de una lesión— , se hizo cargo del partido. Rafa Luz metió una marcha más al juego, se pegó hasta con sus compañeros, no dejó que nadie de negro bajase los brazos y a partir de ahí todo cambio. El Bilbao mejoró la defensa, empezó a robar balones y el Breogán se esfumó, estando una eternidad sin conseguir un punto.

El Breo se descompuso instalado en un desacierto increíble en el tiro exterior. Además, llegar al aro bilbaíno ya no era una fiesta y el rebote había cambiado de dueño. El 4 de 28 en triples de los lucenses puede resumir el partido.

Para el Breogán todo fue a peor. Llegó un momento en el que el balón estaba siempre en las mismas manos y, punto a punto, los de Mumbrú fueron aumentando su ventaja. Olmos instaló a los suyos en zona durante unos minutos y ese movimiento ayudó a reducir la diferencia. Bueno, eso y que Lukovic, cuando ya no había partido, acertó en un par de triples.

Para ganar fuera de casa en esta liga hay que jugar bien y solo se hizo durante cinco minutos. Y hay que poner mucha más alma, más vergüenza, ser generoso y no chupar más de la cuenta. Con estos valores tan nuestros, ayer Rafa Luz nos comió y dejó en Bilbao una victoria de enorme trascendencia.