Jazz en Lugo

Antón Grande TRIBUNA

LUGO CIUDAD

16 nov 2015 . Actualizado a las 22:23 h.

Vaya movida que tenemos este año, como otros, con el festival de jazz en Lugo. La verdad es que los organizadores se le han montado bien y viendo y escuchando lo que tuvimos esta semana, un diez porque fue de lo mejorcito, como siempre, o sea, como si no hubiese crisis quizás porque el jazz no sabe de dineros.

O sí, que tampoco lo vamos a negar gracias a las ayudas que les aportan los que no han acudido a un concierto en su vida. Pero a veces, las cosas son de esta manera.

Lo que resulta curioso, y tampoco vamos a medir aquí la cultura del personal, es la falta de asistencia a los conciertos de los implicados.

Por ejemplo, en el inaugural figuraba como mayor presencia, una figurante municipal, cosa lógica si se tiene en cuenta que la entidad a la que representaba era una de los patrocinadores, persona ella que no volvió a aparecer al resto de los conciertos.

Claro que los políticos continúan estando, a lo que se ve, casi a la altura de dios y no acuden a estas chabacanas populistas.

Otro tanto podríamos decir en los siguientes conciertos. Estamos en precampaña electoral pero a ningún político se le vio aparecer por el salón regio del Círculo. No queda ahí la cosa.

Tampoco abundaban los profesores universitarios, ni los profesores de música ni, digamos, la gente de la cultura, o cultureta, o sea, por decir algo, casi ni había músicos, ni escritores, pintores, tampoco periodistas a no ser que fuesen a cubrir el acto y largarse de inmediato; y así pasaron los días. O las tardes.

¿Dónde estaba esa gente que adoctrina, que predica y que incluso pide votos? El salón regio del Círculo se llenaba y la élite no estaba. ¿Han perdido el norte?

Posiblemente hace tiempo pero lo que ha quedado demostrado es que el jazz nació del pueblo y la gente que estaba allí es pueblo.

Por eso las élites no lo entienden y no acuden. Aunque luego hagan la falsaría populista de ir de taberna en taberna, que nunca pisaron, o a predicar en los cenáculos universitarios a hacerse los graciosos togados.

Y maldita la gracia que tienen.