Vinos con diseño italiano en viñas de la ribera de Chantada

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LUGO

ROI FERNANDEZ

Waltter Podda y Giuseppe Egitto se instalan como bodegueros en la zona

10 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Pocas novedades en el día grande de la Feira do Viño de Chantada. Mucha gente a partir del mediodía en las casetas de las bodegas, un pregonero rodeado de un ejército de autoridades en el palco y una cata previa, para elegir los mejores vinos, cuyos resultados todavía se harán esperar una semana. Salvo un puesto de venta de copas de cata con el sello de Ribeira Sacra, el guion de la muestra vitícola fue el mismo de las últimas ediciones. No faltaron las estruendosas charangas ni los kilométricos puestos de pulpo y churrasco. Todo lo que se espera, a fin de cuentas, de una feria popular. Pero algo se mueve en esta ribera del Miño cuando dos italianos la eligen para traducir en vinos la singularidad de su paisaje.

Waltter Podda y Giuseppe Egitto no desentonaban ayer entre el numeroso público de la Feira do Viño de Chantada, catavinos en mano y al acecho de alguno de los codiciados barriles que permitían a sus afortunados ocupantes posar copas y platos con raciones. Ambos son de Alghero, una ciudad de Cerdeña apodada Barceloneta en referencia a los colonos catalanes que se instalaron en ella en la Edad Media. Se conocen desde los diez años y terminaron cumpliendo el sueño de elaborar sus propios vinos a muchos kilómetros de su tierra, en un pago de la ribera chantadina denominado As Carneiras.

Afincado en Galicia desde hace años, Waltter Podda elabora con el sello de Ribeira Sacra la marca Fiume en colaboración con el enólogo chantadino Roberto Regal. Es un tinto de mencía, con algo de garnacha tintorera y albarello, cuya uva procede en su totalidad de un pequeño viñedo de la ribera del Miño. «Los vinos aquí son tan maravillosos como el paisaje. Me encantan por su engañosa sencillez, que esconde una enorme personalidad para quien sabe apreciarlos», explica este publicista metido a bodeguero.

Su pasión por la Ribeira Sacra ha tenido efectos contagiosos. Giuseppe Egitto adquirió recientemente una viña en la misma zona en la que se elabora Fiume y prepara la primera cosecha de su vino, que etiquetará como Nomad. Asesor jurídico de una multinacional, actualmente jubilado, está convencido de que los vinos de Ribeira Sacra pueden salir sin complejos a cualquier mercado: «¿Por qué no pueden estar en una vinoteca en Italia?, pregunta. «Hay vinos de esta zona que a veces me recuerdan a la nebbiolo [uva típica del Piamonte]».

Vicario y viticultor

Fiume y Nomad cuentan con el asesoramiento enológico de Roberto Regal, artífice de un sinfín de marcas de producción minimalista, entre las que se encuentran los vinos de Diego de Lemos, los primeros que se etiquetaron en Galicia con el sello ecológico. Regal colabora con otros viticultores ocasionales, que por raíces familiares o por apego a la zona elaboran vinos bajo la denominación de origen Ribeira Sacra. Es el caso de la marca Ora et labora, que embotella el vicario general la Diócesis de Lugo, Mario Vázquez, en uno de los viñedos de su familia en Pesqueiras. En esa misma ribeira cultiva una viña para autoconsumo el escritor lucense Xulio López Valcárcel, que ayer fue el encargado de leer el pregón en la feria de Chantada.

El pregonero rindió homenaje a los viticultores que con su esfuerzo mantuvieron viva unas riberas ahora en auge. También reivindicó la cultura del consumo moderado de vino frente «novos ritos bárbaros e degradantes como o botellón».