La abogada lucense Ana María Veiga fue la primera que consiguió una sentencia favorable a un cliente afectado por preferentes. Su despacho, según la letrada, se ha encargado desde entonces de cerca de 200 demandas, tiene en su poder una treintena de sentencias y solamente dos de ellas desfavorables, al entender el juzgador que no respondían al perfil de un ahorrador. A uno de ellos lo llamaron al arbitraje y recuperó el dinero invertido.
La abogada asegura que todas las demandas que presentó fueron de ahorradores, a los que les vendieron un producto «mal comercializado».
Entre sus clientes figuran personas muy mayores, discapacitados, menores de edad, pero también licenciados, alguno de ellos en Derecho, profesores universitarios y afectados con un perfil que no se correspondía «solamente con el que firmaba con la huella». El importe del dinero atrapado en preferentes y subordinadas osciló entre los 8.000 euros y los 100.000.
Ana María Veiga aseguró que desde hace un mes el principal banco afectado está proponiendo acuerdos a quienes lo denunciaron a través de su despacho. «Sigue habiendo propuestas -dijo- y estamos todos a la expectativa de lo que pueda ocurrir con Banesco». La letrada reconoce que hubo muchos afectados que no movieron ficha.