El grano y la paja invaden la Praza Maior de Lugo

manuel herrera

LUGO CIUDAD

Carlos Castro

12 ago 2012 . Actualizado a las 06:55 h.

Vuelta a los orígenes. Los lucenses están viviendo, durante este fin de semana, un regreso a lo que fueron los oficios de antaño, aquellos con los que se ganaban la vida sus antepasados y que, ahora, han quedado obsoletos debido a los avances mecánicos o, en el mejor de los casos, se han visto relegados a un lugar muy recóndito dentro del actual sistema productivo. Ayer, los habitantes de la ciudad pudieron descubrir o recordar, dependiendo de la edad y la coyuntura vital de cada cual, lo que era la malla del trigo al estilo antiguo.

Emoción y curiosidad

Seis miembros de la Asociación Santirso do Eo, cuatro hombres y dos mujeres, hicieron una demostración de lo costoso que era separar el grano de la paja, hace unos años, en comparación con la sencillez que ha aportado la utilización de medios técnicos en la actualidad. El público más veterano se emocionó al recordar momentos mejores, mientras los jóvenes, sobre todo los más pequeños, atendían con avidez a tal demostración. Al final del acto, una mujer octogenaria entró en escena para mostrar su propia técnica de limpieza del trigo, con una habilidad poco habitual para una persona de su edad, algo que evidenció que hay cosas que nunca se olvidan. Rapado de la oveja

Antes del inicio de la malla al estilo tradicional, Atilano Borras, rapador profesional, mostró a los presentes en qué consiste el oficio de esquilar ovejas. El joven, natural de Teruel, aunque afincado en Lugo, respondió a las dudas de todos aquellos que quisieron saber más sobre esta actividad.

Hoy continúan los actos

Si ayer los lucenses pudieron disfrutar de una malla tradicional, hoy podrán comprobar cómo se realiza esta labor con una malladora que tiene casi cien años de vida. Será a partir de las doce en la Praza Maior, y la paja obtenida será expuesta por la tarde en forma de palleiro. Además, se realizará un obradoiro de instrumentos hechos con nueces, dirigido por Xoán Manuel Tubío.