«Deixoume a viña feita un desastre, e menos mal que non colleu a ninguén»

Carlos Cortés
carlos cortés MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Una roca de dos toneladas destroza una viña tras rodar ladera abajo junto al apeadero de Areas

12 feb 2016 . Actualizado a las 22:26 h.

Es una roca grande, pero muy desgastada y sin aristas, así que rodó sin dificultad ladera abajo. Aplastó un árbol, atravesó un camino asfaltado, siete u ocho bancales de un viñedo y se detuvo a apenas veinte metros de la vía del tren, en la carretera que lleva al apeadero de Areas. «Deixoume a viña feita un desastre, pero menos mal que non colleu a ninguén», dice José Antonio Conde, el único afectado por la caída de esta enorme piedra, que puede pesar unas dos toneladas.

No está claro cuando se produjo el desprendimiento, pero los vecinos se dieron cuenta el lunes por la mañana. La roca cayó ladera abajo en el lugar conocido como Fonte de Paio, en un paraje abrupto de la parroquia de Rosende, en Sober. Las lluvias de este invierno debieron socavar el terreno hasta que su base acabó cediendo. Sucesos así no son raros en los lugares con más pendiente de la Ribeira Sacra, llenos de formaciones rocosas que en ocasiones dan sustos después de precipitaciones intensas o prolongadas.

«É a primeira vez que eu vexo unha cousa así -dice José Antonio Conde-, pero a verdade é que vivindo na ribeira xa sabes que hai rochas e que pode pasar isto». Ni él ni sus vecinos están especialmente preocupados por el riesgo de desprendimientos, aunque es evidente que los hay de vez en cuando. A solo unos doscientos metros de donde descansa la roca, una gran malla metálica cubre una ladera entera para proteger el apeadero.

En este caso, la roca solo provocó destrozos en la viña de José Antonio Conde, utilizada para autoconsumo y para la venta de uvas. Tiene más de cien años de antigüedad y está plantada de cepas de mencía de diferentes edades. Muras de piedra, vides... aplastó todo a su paso en una franja de unos dos metros de ancho. Su propietario calcula que reconstruir los bancales y reponer las plantas arrancadas o aplastadas le costará no menos de mil euros. No la tiene asegurada, ni hay subvenciones públicas para este tipo de cosas, así que tendrá que pagarlo de su bolsillo.