La piscina climatizada de Monforte, a un paso del cierre

Carlos Cortés
carlos cortés DATA / LA VOZ

LEMOS

En la piscina climatizada de A Pinguela trabajan en la actualidad doce personas.
En la piscina climatizada de A Pinguela trabajan en la actualidad doce personas. roi fernández< / span>

La empresa que la gestiona debe 2,5 millones de euros

16 oct 2014 . Actualizado a las 05:05 h.

La situación de la empresa que gestiona la piscina climatizada de Monforte es poco menos que desesperada y las instalaciones se encuentran a un paso del cierre. Es lo que se deduce de la información que el administrador judicial que dirige actualmente el Grupo Pazos le acaba de transmitir a los representantes de los trabajadores. De acuerdo con los datos que él maneja, la empresa no solo les debe dinero a ellos y a las plantillas de las otras piscinas que gestiona en Galicia y en Asturias. El montante total de la deuda que acumula en la actualidad asciende a 2,5 millones de euros.

Según la información facilitada ayer por el máximo responsable de UGT en la comarca de Monforte, Mario Docasar, el administrador concursal descarta pagar las nóminas que tienen sin cobrar los trabajadores. Alega que antes tiene que hacer frente a los pagos pendientes a la Seguridad Social y Hacienda, considerados prioritarios por la legislación que regula los concursos de acreedores.

En vista de los datos que les facilitó el administrador concursal, los representantes de los trabajadores llegan a la conclusión de que Pazos no es en estos momentos una empresa viable. UGT considera que los responsables de esta situación son los propietarios de la empresa y su «nefasta gestión».

Los trabajadores tienen ahora que resolver su situación laboral e intentarán tratar de cobrar lo máximo posible del dinero que les deben. Otro problema es el del servicio. En estos momentos es difícil aventurar que va a pasar con la piscina. A la empresa Pazos le quedan todavía siete años de contrato con el Ayuntamiento para la prestación de este servicio. En su actual situación, sin embargo, parece difícil que vaya a poder mantener su compromiso y seguir gestionando la piscina mucho tiempo más. La plantilla lleva cuatro meses sin cobrar y no hay perspectiva de que esta situación vaya a cambiar.

Si las cosas no cambian, en la actual situación no parecen quedar más que dos opciones para que evitar el cierre de este servicio municipal. La primera sería un posible rescate de la concesión y la asunción por parte del Ayuntamiento de la gestión directa. La segunda, la rescisión del contrato con Pazos y la convocatoria de un nuevo concurso. Las dos son complicadas, en primer lugar porque está por ver si los responsables de Pazos aceptan suspender la prestación del servicio y, en ese caso, qué piden a cambio.