Al techo de O Courel, mejor en excavadora que con quitanieves

Carlos Cortés
carlos cortés MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

En el acceso a la aldea de Céramo la nieve alcanzó el metro y medio de espesor.
En el acceso a la aldea de Céramo la nieve alcanzó el metro y medio de espesor. roi fernández< / span>

Abierto el acceso a las aldeas de Teixeira y Céramo. Para despejar la nieve hicieron falta horas de trabajo y medios excepcionales

12 feb 2014 . Actualizado a las 00:22 h.

Teixeira le gana a Céramo el título de lugar poblado más alto de O Courel, pero solo por tres metros de altitud. Son 1.223 contra 1.120 metros. Eso sí, los habitantes de estas dos aldeas del norte del municipio de Folgoso están igual de acostumbrados a lidiar con la nieve. Suelen ser los primeros en quedarse aislados y los últimos en ser rescatados por los quitanieves. O por excavadoras, que es a lo que recurren los servicios de emergencias cuando la nevada es grande. Como ayer.

Las precipitaciones del domingo por la noche hicieron que el lunes media sierra amaneciese aislada. Las quitanieves fueron despejando carreteras a medida que avanzaba la mañana. Menos en Teixeira y Céramo. En estas dos aldeas, la cantidad acumulada hizo imposible llegar.

Para entrar en Teixeira hay dos posibilidades, las dos a través de la carretera provincial LU-P-4501. La que más utilizan los vecinos es el acceso que les da salida hacia el sur, porque en Seoane do Courel está el centro de salud de referencia para ellos. La salida norte lleva a O Cebreiro y es la que menos problemas suele dar. El lunes, la salida norte estuvo abierta de forma intermitente, al ritmo que pasaban los camiones quitanieves. Pero en la carretera a Seoane se fue acumulando tal cantidad de nieve que en el ventisquero del Alto da Forca se formó una muralla de cuatro metros de altura.

Lluvia a más de 1.000 metros

La noche de ayer fue más tranquila. Siguieron las precipitaciones, pero las temperaturas subieron. A media mañana, incluso por encima de los mil metros de altura, en O Courel ya llovía en vez de nevar. Eso permitió a los servicios de emergencia concentrarse en estas dos aldeas.

En el acceso sur a Teixeira el trabajo empezó a las ocho de la mañana y terminó hacia las seis, cuando el personal que envió la Diputación consiguió llegar al pueblo. Según la Diputación, en la limpieza de la nieve de la LU-P-4501 intervinieron ayer dos quitanieves dos excavadoras y cuatro camiones.

Muchos vecinos, ni se enteraron. A las ocho de la tarde, una residente en Teixeira contactada pensaba que todavía seguían aislados. «Con este tempo, estamos metidos nas casas e se non temos moita necesidade non saímos», explicaba por teléfono la mujer, que prefiere no divulgar su identidad. Por la mañana, su marido tuvo que ir al centro de salud de Seoane a por medicinas. No le quedó otra que salir por O Cebreiro y dar un rodeo que casi triplica los once kilómetros de la otra carretera.

Catorce familias en Teixeira

En Teixeira viven alrededor de cincuenta personas. Son catorce familias que, salvo un par de pensionistas, viven de la ganadería. La subsistencia básica no es un problema, porque cuando ven que en la tele anuncian tormenta se aprovisionan en Seoane de alimentos y otros productos de primera necesidad. Lo que le preocupa de estos días de aislamiento que tienen que soportar casi cada invierno es el acceso a los servicios médicos, sobre todo si surge alguna emergencia, y la falta de veterinario para sus animales. Y el transporte para el colegio de Seoane, sobre todo a la familia del único chaval del pueblo en edad escolar, que este invierno se ha tenido que saltar ya muchos días de clase.

En el otro lugar poblado de O Courel que está a más de mil metros de altura son muchos menos que en Teixeira. Solo queda una casa abierta, y estos días el único vecino es José Luis Gundriz. Cuando pasadas las cinco y media de la tarde de ayer, los operarios del Ayuntamiento consiguieron llegar a Céramo con una excavadora, los recibió con abrazos y los invitó a comer en su casa. Habitualmente vive con su hermano, pero está peor de salud que él y está pasando el invierno en Quiroga.

Sin gente con la que hablar

José Luis se ha pasado dos días sin poder salir de Céramo, lleva cuatro sin cobertura de móvil y el lunes por la mañana tampoco tuvo luz en casa. Pero lo lleva con filosofía. «Eu non teño problema, gústame a neve», asegura. Eso sí, le gustaría que hubiese más gente con la que charlar en su pueblo o en los de los alrededores. «Aquí os novos somos poucos e os vellos non poden saír da casa», explica. Ni se plantea dejar la aldea en invierno, y no solo porque le guste la nieve. En la casa tienen algunas vacas y cabras que requieren atención diaria. Él por si acaso, tiene aparcado su coche en la carretera de A Seara, a diez minutos andando de su casa. Por allí siempre pasan los quitanieves. Y son suficientes, no suelen hacer falta excavadoras.