Memorias del único testigo vivo del inicio del incendio de Samos de 1951

Xosé Ramón Penoucos Blanco
x. r. penoucos SARRIA / LA VOZ

LEMOS

El monje, que tenía 16 años, salvó de las llamas al padre Benito

30 ene 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El 24 de septiembre de 1951 nunca se borrará de la memoria del padre Bernardo García. En esa fecha tenía 16 años y era un alumno del monasterio de Samos. Ese día a las 11 de la mañana estaba en la licorería del cenobio, algo raro según explica, ya que solo frecuentaban el lugar los niños más pequeños que tenían más habilidad para corchar las botellas y pegar etiquetas en las botellas del licor Pax. Estaba en monasterio y no en la finca de Viladetrés como era habitual debido a que sus padres le llevaran tela para un pantalón y tenían que tomarle medidas..

«A las 11.25 nos llamó el padre Benito a Daniel -un niño de Xinzo- y a mi para que lo acompañáramos a la licorería. Nos dio un tubo de vidrio que había que poner en un depósito. No sé lo que pasó, pero hubo una explosión», dice Bernardo García. El religioso recuerda que la deflagración le arrancó la chaqueta y sufrió quemaduras en su brazo derecho y parte de la cara. El otro niño salió desplazado hacia la parte del río y el padre Benito hacia el centro de la sala. «Han pasado más de 50 años, pero tengo un trauma de eso. Veo a Daniel incendiado que se levantaba y caía. Quedó totalmente calcinado. Su imagen quemándose la llevo conmigo toda la vida», expresó Bernardo García.

El joven estudiante se convirtió en un héroe gracias a salvar, a riesgo de perder su propia vida, al padre Benito. Luego, a pesar de sufrir quemaduras, volvió a entrar al lugar del incendio para rescatar a Daniel, pero le resultó imposible al estar atrapado entre maderos. «Fue únicamente un acto reflejo», narraba a los medios de comunicación de la época restando importancia a su acto heroico.

El padre Benito tenía entonces 68 años y vivió hasta los 92, falleciendo en 1975.

El padre Bernardo García es por tanto la única persona con vida que recuerda el inicio del incendio. En el monasterio solo quedan tres monjes: los padres Domingo, Fructuoso y Martín, que vivieron aquellos trágicos momentos, pero todos ellos se encuentran actualmente en un delicado estado de salud.

La narración detallada de todo lo sucedido aquel día está recogida en el blog: Memoria de Samos, que administran un grupo de ex alumnos del monasterio que se reúnen anualmente para recordar vivencias.

El padre Bernardo García estuvo dos años más en Samos. Desde allí se trasladó a Buenos Aires, donde cursó estudios superiores de Filosofía y Teología. En Argentina residió hasta 1984, año en el que regresó a España para incorporarse al monasterio de Santo Domingo de Silos en el que reside en la actualidad.

Esta mañana el religioso Bernardo García regresará a Samos para presentar su último libro: Confesiones de un monje. La publicación relata sus vivencias y una parte se dedica a su estancia en Samos.

El padre bernardo garcía presenta en samos un libro sobre sus vivencias

«Pasaron más de 50 años de aquello, pero la imagen de Daniel quemándose la llevo conmigo»

Bernardo García

El padre Bernardo García Pintado es autor de varios libros de poesía y narrativa y un excelente músico. La literatura y la música son sus dos grandes pasiones. En el año 1951 era un joven alumno del monasterio de Samos y fue testigo directo del inicio del devastador incendio que asoló una gran parte del cenobio. De aquellos trágicos momentos recuerda la explosión en la licorería que inició el fuego y la imagen de su compañero Daniel envuelto en llamas y que falleció en el siniestro.