EE.UU. amenaza a Corea del Norte con usar la fuerza si no detiene su rearme

sara R. estella PEKÍN / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

JONATHAN ERNST | Reuters

Rex Tillerson anuncia en Asia la nueva política de Washington contra Pyongyang

18 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La expectación levantada en Asia por la primera visita del secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, deja una preocupante escalada verbal en la forma de hacer frente a las provocaciones balísticas de Corea del Norte. Washington está dispuesto a recurrir a la fuerza contra Pyongyang si fuera necesario porque, según el jefe de la diplomacia estadounidense, «la política de la paciencia estratégica se ha terminado». Unas palabras para las que es probable que el régimen de Kim Jong-un responda fiel a su estilo, con nuevas demostraciones de fuerza, como los dos últimos lanzamientos de misiles.

«Estamos explorando una nueva serie de medidas diplomáticas y de seguridad. Todas las opciones está sobre la mesa», afirmó Tillerson tras visitar el paralelo 38, la última frontera de la Guerra Fría que divide la península coreana. El secretario de Estado añadió que, aunque no quieren «llegar a un conflicto militar», tampoco lo descartan. «Si elevan las amenazas de su programa armamentístico hasta un nivel que creamos que exige una reacción, todas las opciones están sobre la mesa», amenazó al régimen comunista.

De esta forma, volvía a confirmar la «nueva aproximación» hacia el régimen de Kim Jong-un que un día antes ya había anunciado en su visita a Japón. Washington intenta preservar a sus aliados frente al desafío de una dictadura de corte estalinista que en los últimos diez años ha realizado cinco ensayos nucleares. Después de dos décadas de negociaciones y varios paquetes de sanciones contra Corea del Norte, a su juicio «fallidas», la nueva Administración Trump está decidida a adoptar políticas más contundentes que su antecesor.

Horas después, era el propio presidente Trump quien, a través de su cuenta de Twitter, criticaba el comportamiento de Pyongyang y la actitud de China. «Corea del Norte se está comportando muy mal. Ha estado jugando con Estados Unidos durante años. China ha sido de poca ayuda», escribió a pesar de que es inminente la entrevista con el presidente del gigante asiático para intentar limar las estridencias de los primeros meses de mandato.

Durante la campaña electoral, Donald Trump ya acusó a China de no hacer lo suficiente para convencer al régimen de Kim Jong-un de frenar su programa nuclear. La respuesta de Pekín, sin embargo, no ha variado. Insiste en que solo imponiendo sanciones no se solucionará la tensión en la península coreana. Su plan sigue siendo reservarse un papel de moderador para retomar las negociaciones con Pyongyang.

El inicio del despliegue del THAAD, el escudo antimisiles que Washington está desarrollando en Corea del Sur, enfurece a Pekín porque considera que pone en riesgo su seguridad. Precisamente, el jefe de la diplomacia estadounidense criticó la actitud de China por el boicot encubierto a los productos surcoreanos en protesta por el THAAD. Unas represalias que, para Tillerson, son «inapropiadas y problemáticas». Hoy se espera que el secretario de Estado aterrice en Pekín para una visita de dos días en la que se reunirá con el ministro de Exteriores, Wang Yi, y con el presidente Xi Jinping. Nadie apuesta porque China acepte su propuesta de aumentar la presión militar sobre Pyongyang.