«Dos médicos de su séquito nos vigilaban mientras le preparábamos cigalas y rodaballo»

Fidel Castro se dejó caer por la comarca de Barbanza coincidiendo con su visita a Galicia, en julio de 1992, con el objetivo de conocer una empresa puntera del sector conservero. Su objetivo era coger ideas para desarrollar esta industria en el país que gobernó durante décadas. El grupo Jealsa-Rianxeira, con su presidente al frente, Jesús Alonso, ejerció de anfitrión, acompañados de Manuel Fraga y un completo séquito, en una jornada histórica para la comarca de Barbanza y para esta multinacional fundada en Boiro. La visita empezó en A Pobra, en donde el comandante cubano conoció por dentro un atunero. A continuación se desplazó a Boiro para recorrer las instalaciones de Jealsa.

A mediodía, y en la misma planta conservera ubicada en O Bodión, los protagonistas de la visita cogieron fuerzas con un cátering servido por el restaurante Chicolino. Ayer, la dueña, Concha Piñeiro, recordaba la experiencia: «Preparamos cigalas y rodaballo con dos médicos de su séquito que nos vigilaron en todo momento, yo incluso intenté que se fueran, pero fue imposible. Ellos tenían que supervisar todos los alimentos que fueran servidos a Fidel Castro».

El menú estaba formado por platos de cigalas, rodaballo y ternera. Todo se preparó en una cocina de campaña que el restaurante Chicolino montó en la misma planta conservera. Al finalizar el almuerzo, Fidel Castro, Jesús Alonso y Manuel Fraga visitaron a la jefa de cocina y su equipo. «Nos dio las gracias por todo, felicitó por lo bueno que estaba y se disculpó por el trabajo que nos había dado. Lo que también recuerdo es que no quiso el café que servimos, ya que él tenía un gusto muy concreto y solo bebe un tipo de café que se trajo de su país», cuenta la cocinera.

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