François Fillon le gusta a Putin tanto o más que Marine Le Pen

Alexandra F. coego PARÍS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

ROBERT PRATTA | Reuters

Los dos políticos, caricaturizados como fríos y distantes, no dudan en mostrar públicamente gestos de aprecio

23 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

En 2007 empieza una amistad insólita: la de François Fillon y Vladimir Putin. Ambos eran entonces primeros ministros. El francés, de Nicolas Sarkozy, que había prometido durante su campaña no volver «a estrechar la mano a Putin». El ruso, de Dmitri Medvédev, con quien intercambió puesto en el Kremlin en 2012. Los dos políticos, caricaturizados como fríos y distantes, no dudan en mostrar públicamente gestos de aprecio.

Poco después de conocerse, las reuniones protocolarias son prolongadas. El mandatario ruso no escatima en detalles corteses. En 2012, le envió una botella de vino por el fallecimiento de su madre, cosecha de 1931, el año de su nacimiento. También le reconfortó con una llamada tras la derrota de Los Republicanos (entonces UMP) ese mismo año, frente a Hollande. En su libro, Faire [Hacer, 2015], Fillon admite que «no nos disgustaba vernos» y, aunque juzgó que el presidente puede llegar a ser «de inmensa mala fe», una vez finalizadas las negociaciones, «cumple sus compromisos».

El candidato de Los Republicanos apostó por Putin cuando sus valores aún no habían sido aceptados ni por la derecha francesa, ni por uno de los principales aliados de Francia, EE.UU. En abril de este año, fue el único candidato, junto con Jean-Frédéric Poisson, que votó en favor del levantamiento de las sanciones a Rusia relacionadas con la anexión de Crimea. Con la elección de Trump, abierto admirador de Putin, la voz pro-rusa de Fillon se ha visto reforzada.

Fillon es ahora el favorito para convertirse en candidato de la derecha para las presidenciales de 2017. Su sorprendente victoria en la primera vuelta, contra todo pronóstico, ha tenido un efecto imprevisto. La apuesta del Kremlin para Francia era hasta ahora Marine Le Pen, pero Putin es realista y consciente de que en la segunda vuelta de las presidenciales la líder del Frente Nacional podría ser batida por Fillon. Moscú no tiene reparo en reconocer que le gusta tanto o más que la frentista.