Trump y la inmigración: ¿cambio de rumbo o simple estrategia?

adriana rey NUEVA YORK / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

SHANNON STAPLETON | REUTERS

Hará campaña entre afroamericanos e hispanos, donde cuenta con escaso respaldo

29 ago 2016 . Actualizado a las 07:23 h.

Confusión, contradicciones, muchos silencios, aparentes cambios de discurso... La incertidumbre ha vuelto a instalarse esta semana en la postura antiinmigrante de Donald Trump, o al menos, en los análisis sobre la misma en los medios de comunicación. «Cambia», «suaviza», «vira», han sido algunos de los verbos más utilizados para ilustrar un supuesto giro en la política del candidato republicano.

Sin embargo, con el paso de las horas, los hechos han demostrado que poco o nada ha cambiado.

Trump sigue siendo igual de imprevisible, además de continuar manejando los tiempos a la perfección, para mantener al público expectante. ¿Hay bandazos? Sí, muchos. Pero todo es pura estrategia.

«No han entendido nada sobre el asunto, como es habitual», decía el propio Donald Trump a aquellos que hablaban de cambios en su mensaje, en The Wall Street Journal. «No ha cambiado nada en la posición de Trump para lidiar con la inmigración ilegal», reiteraba ayer su compañero de fórmula y candidato a la vicepresidencia Mike Pence, en CNN. Y es cierto. Su postura contra los «simpapeles» con antecedentes criminales se mantiene igual de contundente, e incluso, más rotunda que nunca.

Otro cantar es la «deportación masiva» de once millones de indocumentados sin historial delictivo. En este caso la ambigüedad sí ha sido más evidente, en línea con la complejidad que requiere la medida prometida por el multimillonario: «No hay ciudadanía, ni amnistía, pero trabajaremos con ellos», matizaba Trump en Fox News, enfadando a algunos de sus afines. Fue el caso de Sarah Palin, exgobernadora de Alaska y excompañera de John McCain en las presidenciales del 2008, quien auguró en The Wall Street Journal que «si el señor Trump decide ir por la ruta de diluirse en cosas con el respeto de nuestra Constitución y la ley y el orden en EE.UU., entonces sí, sería una masiva desilusión».

Y es que no es baladí el posible desencanto que podría generar a todos aquellos que han aupado al neoyorquino donde está. «Un cambio muy radical en materia migratoria enfrenta a Trump con el riesgo de enajenar a esa base de votantes blancos molestos con la que ha sido la razón de su éxito», apunta Carlos Chirinos, analista político en Univision.

La inconsistencia de su posición no ha pasado desapercibida tampoco en el bando rival. La reacción más contundente la protagonizaba el número dos de Hillary Clinton y candidato a vicepresidente, Tim Kaine. «Diría que sus acciones son las acciones de un idiota, especialmente sus acciones en contra de la comunidad latina», dijo Kaine en Univision. «Habla de construir un muro gigantesco, crear una fuerza de deportación (?) sus acciones en este asunto son las acciones de un payaso», espetó el demócrata sin morderse la lengua.

Después de varios aplazamientos, Trump tiene previsto ofrecer la próxima semana un discurso para despejar todos los interrogantes en cuanto a política migratoria se refiere, que hay que recordar, es el asunto que más rédito electoral le ha proporcionado.

En la misma línea, próximamente el magnate comenzará a hacer campaña en comunidades de mayoría hispana y afroamericana para de esa forma tratar de atraer a estos dos valiosos electorados, entre los que hasta el momento ha obtenido menos del 10 % de los apoyos.