Tragedia en el Bataclan: «Disparaban contra la masa»

Agencias MADRID

INTERNACIONAL

«Disparaban contra la masa. Ha sido una masacre. Estaba todo lleno de sangre», asegura uno de los rehenes de la sala de fiestas. El local ya había sido objeto de amenazas

14 nov 2015 . Actualizado a las 20:34 h.

Los rehenes, retenidos durante horas de la sala de fiestas Bataclan, han comenzado a hablar. Según declaró una de ellas en TV5, se encontraban en un concierto de rock sin contenido político alguno cuando comenzaron a escuchar disparos. «Pensamos que eran petardos, pero de pronto les vimos». Los atacantes entraron a cara descubierta y gritaron «Alá es grande». «Eran barbudos, de raza árabe y gritaron que esto era por sus hermanos muertos en Siria».

Otro de los testigos del ataque, Julien Pierce, periodista de Europe 1 que se encontraba en la sala, relató la intervención de esta manera: «Disparaban contra la masa. Ha sido una masacre. Estaba todo lleno de sangre». Dos terroristas comenzaron a disparar desde el fondo de la sala con armas automáticas. «El ataque ha durado unos quince minutos. Ha sido realmente violento. Todo el mundo ha corrido hacia el escenario y ha habido escenas de pánico y gente pisoteada. Yo mismo he sido pisoteado. Los atacantes han tenido tiempo de cargar sus armas tres veces. No estaban enmascarados, eran muy jóvenes y estaban muy tranquilos», explicó. Al salir, Pierce encontró un espectáculo salvaje: «Había una decena de cadáveres en el suelo sobre mares de sangre. Una chica había recibido dos impactos de bala. La recogí y la llevé unos 50 metros hasta un bombero».

En ninguno de los casos, los testigos declararon que los terroristas tuvieran más objetivos que el asesinato indiscriminado y el de provocar el mayor número de bajas. Uno de hombre que estaba del restaurante de la Rue de Charonne recordó cómo los terroristas comenzaron a «disparar desde todos los lados a los clientes. La gente se echó a tierra. Después del ametrallamiento, muchos ciudadanosha venido a ayudar. El suelo estaba lleno de muertos. Ha sido un momento horrible». Según las personas presentes en la zona, dos terroristas encapuchados se bajaron de un Renault Clio negro y comenzaron a disparar a los clientes de la terraza con fusiles de asalto del tipo Kalashnikov.

La sala Bataclan, en el punto de mira de los terroristas

Escenario principal de los atentados, la sala Bataclan ya había sido objeto de amenazas y estaba en el punto de mira de los terroristas «por estar regentada por judíos», informa la revista Le Point. Durante un interrogatorio, el pasado febrero, los miembros del grupo terrorista Jaish al-Islam, responsables del asesinato de un estudiante francés en El Cairo en el 2009, revelaron que tenían un proyecto de atentado contra esa sala de propietarios judíos, según las grabaciones de la Dirección General de Seguridad Interior francesa (DCRI).

En el 2007 y el 2008, la discoteca parisina ya había sido objeto de amenazas más o menos radicales a causa de la regular acogida de conferencias de organizaciones judías como la de la Policía de Fronteras de Israel. En Internet, un vídeo mostraba a una decena de jóvenes con la cara cubierta con sus habituales kufiyas (pañuelos), en el que amenazaban a los responsables de Bataclan por la mencionada reunión, información que recogía por esa fecha el diario Le Parisien.

No obstante, el que fue dueño del local durante 40 años, Pascal Laloux, afirmó que el establecimiento había sido vendido en septiembre a otros propietarios, según recoge el diario israelí The Times of Israel. Por su parte, el grupo de rock estadounidense Eagles of Death Metal, que estaba actuando en la sala cuando empezaron los disparos contra los espectadores, había estado de gira por Israel y ya había sufrido numerosas llamadas al boicot.

Y las calles se quedaron vacías

Cuando los ciudadanos franceses asimilaron que lo que estaban viviendo no respondían a episodios aislados, sino a un ataque coordinado, la tensión empezó a aumentar y la gente optó por refugiarse en sus casas. La Policía Francesa tuvo que advertir que quedaba prohibida por motivos de seguridad cualquier tipo de reunión o manifestación de protesta que pudiera ser objeto de nuevos ataques. Las recomendaciones de los gendarmes fueron claras: que los parisinos se mantuvieran en sus casas. Incluso por las redes sociales se desarrolló, a petición de las fuerzas de seguridad, una operación de solidaridad para que los residentes de otros barrios pudieran entrar en las casas más próximas. Francia vaciaba sus calles de gente y dejaba el terreno libre a la Policía.