Putin quiere que Rusia sea el bastión de los valores tradicionales en un mundo inestable

France Press

INTERNACIONAL

Defiende la concepción tradicional de la familia y se opone a la «tolerancia estéril» practicada en un decadente Occidente, «que no diferencia entre sexos»

12 dic 2013 . Actualizado a las 21:58 h.

El presidente ruso Vladimir Putin defendió el jueves su visión de una Rusia con responsabilidad «histórica», en un mundo inestable, bastión contra la hegemonía estadounidense y garante de los valores ante a la decadencia del mundo occidental.

Rusia defiende «los valores tradicionales», en especial, la concepción tradicional de la familia, y se opone a la «tolerancia estéril» practicada en numerosos países, «que no hace diferencia entre sexos», declaró el jueves el presidente ruso en un discurso en el Kremlin.

«Cada vez más gente en el mundo apoya nuestra postura, que es la defensa de los valores tradicionales, que constituyen desde hace milenios los fundamentos morales y espirituales de la civilización de cada pueblo», agregó.

Asimismo, el jefe de estado ruso denunció «la revaluación de las normas morales» en muchos países del mundo, en los que se le exige a la sociedad, «por muy extraño que parezca», poner al mismo nivel el bien y el mal.

Rusia defiende «un punto de vista conservador» con el objetivo de «impedir una vuelta atrás» hacia «el caos de las tinieblas», declaró Putin citando al filósofo ortodoxo Nicolas Berdiaev, expulsado de Rusia tras la revolución de 1917.

Rusia ha sido muy criticada en Occidente por promulgar el pasado mes de junio una ley que prohíbe la «propaganda» homosexual a menores, un texto considerado como discriminatorio por los defensores de los derechos humanos. Antes, Rusia había reaccionado con vigor a la legalización del matrimonio homosexual en varios países, entre ellos Francia

«El mundo es cada vez más contradictorio y agitado. En esas condiciones, se refuerza la responsabilidad histórica de Rusia», declaró Putin en su mensaje a la nación en un gran salón del Kremlin.

Se trata de la responsabilidad de un «garante clave de la estabilidad global y regional, y de un Estado que defiende con constancia sus valores», agregó, reivindicando el papel de su país en la crisis siria.

«No aspiramos al nombre de superpotencia»

Aliado desde hace tiempo del régimen de Damasco, al que suministra armas, Rusia bloqueó cualquier veleidad de intervención occidental en nombre del derecho internacional.

«No aspiramos al nombre de superpotencia, si se entiende por ello una ambición de hegemonía mundial o regional, nosotros no atacamos los intereses de nadie, no imponemos a nadie nuestra protección y no damos lecciones a nadie», declaró Putin, en un alusión clara a Estados Unidos.

«Pero nos esforzaremos en ser líderes», agregó el exagente del KGB, en el poder desde hace más de 13 años y cuyo dominio sobre el país se ha ido afirmando cada vez más, así como las posiciones rusas en la escena internacional.

Subrayó su determinación de lograr el proyecto de unión económica euroasiática de países surgidos de la exURSS, a la que Rusia invita con insistencia a Ucrania.

La renuncia súbita de la exrepública soviética a un acuerdo de asociación con la Unión Europea, para girar hacia Rusia, provocó tensiones nuevas en las últimas semanas entre rusos y occidentales.

La condena a dos años de las jóvenes del grupo contestario Pussy Riot, que cantaron la «oración punk» contra Putin en la catedral de Moscú para denunciar la colusión entre el poder y la Iglesia ortodoxa, fue objeto de numerosas críticas de Occidente.

Putin advirtió a Estados Unidos, sin nombrarlo, contra una tentativa de asegurarse la superioridad estratégica. «El problema nuclear iraní se termina, pero el sistema de defensa antimisiles sigue», ironizó.

Rusia ha denunciado siempre la instalación a su lado de elementos de ese dispositivo, justificado por Estados Unidos por la ameneza de «estados canallas».

«Nadie debe tener ilusiones sobre la posibilidad de obtener la superioridad sobre Rusia. No lo aceptaremos nunca», declaró Putin, recordando haber lanzado un programa de rearme del país «sin precedente».