Turquía inaugura el primer túnel subacuático bajo el Bósforo que une Europa y Asia

La Voz AGENCIAS

INTERNACIONAL

De nombre «Marmaray», la obra de ingeniería abarca 13 kilómetros a 60 metros bajo el estrecho del Bósforo

29 oct 2013 . Actualizado a las 18:43 h.

Turquía ha abierto este martes el primer túnel subacuático que conecta dos continentes, un proyecto que habían querido realizar los otomanos hace ahora más de un siglo. La obra de ingeniería, de nombre Marmaray, abarca 13 kilómetros para enlazar Europa con Asia a 60 metros bajo el estrecho del Bósforo, y comenzará siendo utilizado por trenes de transporte habituales, para finalmente dar cabida a trenes de alta velocidad y de carga. «El proyecto Marmaray une (...) los continentes de la histórica Ruta de la Seda», ha asegurado el ministro de Transporte, Binali Yildirim, poco antes de la inauguración del canal, que coincide con el nonagésimo aniversario de la fundación de la moderna República de Turquía. El Marmaray podría reducir el tráfico en un 20 por ciento en Estambul, uno de los más congestionados del mundo con 1,5 millones de viajeros cada día.

El túnel, que ha costado alrededor de dos millones de euros es uno de los «megaproyectos» con los que el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, pretende cambiar la percepción de Turquía. Entre los proyectos se incluyen un canal de 50 kilómetros, un aeropuerto que se convertiría en el más utilizado del mundo y una mezquita gigante en lo alto de una de las montañas de Estambul. Estos planes han disparado la ira de la oposición de Erdogan, que considera este tipo de «proyectos faraónicos» un síntoma de un estilo cada vez más autoritario del Gobierno, y que ha advertido acerca de las catástrofes medioambientales que podría provocar en un país altamente propenso a sufrir terremotos.

Erdogan, por su parte, ha argumentado que sus políticas se explican por las necesidades de una población cada vez mayor y que se expande a gran velocidad. «Las carreteras son civilización», aseguró Erdogan la semana pasada. «Nuestros valores reconocen que no hay obstáculos para las carreteras. Si hay una mezquita en un lugar donde debe ir una carretera, tiraremos la mezquita y la construiremos en otro lado», ha añadido. Los planes para construir un túnel ferroviario por debajo del Bósforo datan de al menos 1891, cuando el sultán otomano Abdulhamid, a quien Erdogan evoca frecuentemente, ordenó a varios ingenieros franceses que diseñaran un túnel sumergido que nunca llegó a ser construido.

Financiación española

En la ceremonia de apertura de este tramo han tomado parte el presidente de Turquía, Abdullah Gül; el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan; los jefes de Gobierno de Japón, Shinzo Abe; y Rumanía, Victor Ponta; y la ministra española de Fomento, Ana Pastor. Pastor ha sido invitada por su homólogo turco, Binali Yildirim, a acudir a la inauguración de una obra en la que la constructora española OHL aparece a la cabeza del consorcio que logró el contrato para desarrollar la conexión de las líneas férreas que unirán los lados europeo y asiático de Estambul a través del túnel Marmaray. «A partir de hoy acortamos el tiempo de viaje entre dos continentes a cuatro minutos. Marmaray es un proyecto que quedará escrito con letras de oro en la historia», declaró Erdogan durante el discurso de inauguración de esta parte de la obra.

Erdogan destacó que desde la refundación del país por parte de Mustafa Kemal Atatürk en 1923, se han construido 23.000 kilómetros de autovías, de ellos 17.000 en los 11 años que su partido, el AKP, lleva gobernando el país. En un primer momento, el túnel será usado sólo como conexión ferroviaria, pero se espera que a partir de 2015 se abran los carriles al tráfico de coches. El túnel, de 13,6 kilómetros de longitud, de ellos 1,4 submarinos, no sólo servirá para trenes de cercanías, que transportarán al día hasta 1,5 millones de viajeros, sino también tendrá una vía para los trenes de larga distancia.

Esta infraestructura forma parte de una conexión más amplia de 76 kilómetros de longitud. Aparte de las empresas españolas, en la obra están implicado también el consorcio turco-japonés TGN. Los primeros planes de una vía de comunicación bajo el Bósforo se remontan al año 1891, cuando el sultán otomano Abdülhamid encargó a ingenieros franceses un proyecto de túnel bajo el mar.