Un empresario británico hace fortuna vendiendo máquinas para encontrar pelotas de golf como falsos detectores de bombas

EFE

INTERNACIONAL

James McCormick ganó 60 millones de euros con su negocio fraudulento

23 abr 2013 . Actualizado a las 18:54 h.

James McCormick es un empresario británico de 56 años que hizo fortuna vendiendo detectores de bombas a países como Irak y Bélgica y a organismos como Naciones Unidas. Con sus negocios logró un beneficio de 60 millones de euros. Y también una condena por fraude: los artilugios que vendía, inspirados en una máquina estadounidense para localizar pelotas de golf que cuesta 10 euros, eran falsos.

El jurado de un tribunal penal londinense ha declarado hoy a McCormick culpable de fraude. Tendrá que afrontar un pena de cárcel que se dará a conocer el jueves 2 de mayo.

McCormick había vendido algunos de los supuestos detectores por precios considerables. Llegó a facturar 31.000 euros por ciertas unidades. Envueltos en una gran parafernalia de mercadotecnia, se los ofrecía a Ejércitos, cuerpos de policía y gobiernos de todo el mundo, entre otros los de Kenia, Níger y Georgia.

Los tres modelos, cada uno equipado con una tarjeta con sensores, servían supuestamente para detectar explosivos, drogas, líquidos y personas desde aviones, debajo del agua (hasta 31 metros), bajo tierra (hasta un kilómetro) e incluso a través de muros, según explicó el fiscal Richard Whittam.