Un luchador curtido, pero tranquilo

La Voz

INTERNACIONAL

30 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Harry Reid es un hombre tranquilo de 73 años que, sin embargo, conoce de primera mano algunas de las experiencias más duras de la vida. Nació en el desierto de Nevada, donde su padre, que se suicidaría cuando él era aún un niño, trabajaba como minero. Junto a su familia vivía en una casa sin agua corriente, por lo que su madre lavaba la ropa en un burdel próximo.

Más tarde, se convirtió en el jefe de la Comisión del Juego de Las Vegas, un cargo público tan peligroso en los años setenta, cuando Reid lo ocupó, como para que le pusieran una bomba en su coche.

Este veterano político es difícil de encasillar. Es mormón y contrario al aborto, pero vota a favor de que este sea libre. Es tímido y discreto, pero durante la presidencia de George W. Bush hizo algunas de las declaraciones más duras que sobre un presidente activo se le han oído a un político estadounidense. Es senador por Nevada desde 1987, aunque en las últimas elecciones, en las que se jugaba la reelección, y con toda la maquinaria republicana puesta en marcha contra él, ganó por la mínima.