El nuevo papa: El personal del Vaticano jura que no dirá nada de lo que oiga y vea

J. A.

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12 mar 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La Capilla Paulina acogió ayer por la tarde un acto de gran trascendencia tras el escándalo Vatileaks: el personal que ayudará a los cardenales durante el tiempo que permanezcan encerrados entre la Capilla Sixtina y la Casa de Santa Marta juró mantener el secreto de todo cuanto oiga y vea. Entre otros, pasaron por el trance el secretario del colegio cardenalicio, el maestro de celebraciones litúrgicas, los ceremonieros, los curas y monjas encargados de la sacristía pontificia, los sacerdotes políglotas que hacen confesiones, médicos y enfermeros, encargados de los ascensores del palacio apostólico, el personal del comedor y la limpieza, el de la florería y los servicios técnicos y los chóferes que trasladan a los electores.

Además de abstenerse de usar de «cualquier instrumento de grabación, audición o visión», los ayudantes asumen que una mínima infracción comportaría «aquellas penas espirituales y canónicas que el futuro sumo pontífice determine adoptar».