En el 2004 la afición estalló tras un 1-5, pero la generación de celtistas y su mentalidad ha cambiado, igual que el nivel de exigencia, por eso el equipo del Toto recibió una ovación de época ante el Valencia
09 nov 2015 . Actualizado a las 15:19 h.El Toto Berizzo ha sido testigo de excepción de las dos últimas goleadas recibidas por el Celta en casa. En la penúltima como jugador en aquel partido ante el Espanyol (1-5 en marzo del 2004) y en la del sábado como entrenador. La gran diferencia entre las dos fue la respuesta del público. Si once años atrás Balaídos estalló por la indolencia (decían las crónicas) de los jugadores de Antic, en esta ocasión la contienda ante el Valencia será recordada por la atronadora ovación que recibió el equipo que salía goleado. Algo por el momento nada usual en el fútbol español.
Los tiempos y las generaciones son diferentes. Ahí puede estar la clave para este cambio radical. «Antes era un público máis maior e pode que máis esixente. Había cousas en todos os partidos, agora a xente é máis nova, ten outra mentalidade», comenta Pepe Méndez, el ahora presidente de la Federación de peñas del Celta.
El aplauso y los gritos de ¡Celta, Celta! suenan a algo espontáneo. A una manera de agradecer el inicio de Liga del conjunto vigués y su apuesta futbolística, sin la exigencia de una campaña en donde el equipo de Radomir Antic combinaba Liga y Champions, con una plantilla de muchos quilates cuyo objetivo era vivir permanentemente en territorio continental. Muy lejos de la permanencia que tiene como meta el plantel actual.
Once años atrás, llovía sobre mojado. Era el mes de marzo y para entonces el equipo celeste ya había recibido idéntica cantidad de goles en dos ocasiones anteriores. Ante el Deportivo (0-5) y la Real Sociedad (2-5), ambas contienda en el mes de enero del 2004. «La afición ve que el equipo no le brinda todo lo que espera y es normal su comportamiento. Tenemos que agradecerle que vengan al campo, que ya es bastante», decía el Berizzo futbolista el día del desastre ante el Espanyol.
Dos descensos de por medio
Desde aquello han pasado once años y el Celta ha vivido un par de descensos. El primero, a la conclusión de aquella infame temporada con mucho glamur y pocos puntos, y el que comenzó en el 2007 y tuvo al equipo vigués un lustro en el infierno. En ese tránsito también se puede encontrar una explicación a lo sucedido en la recta final del partido del sábado. Después de vivir tiempos de penuria, verse en Primera División es la mejor noticia para el celtismo. Máxime, si el equipo sigue habitando en puestos de Liga de campeones.
Lo que parece no tener incidencia directa con el proceder de la grada es el famoso comunicado que emitió el club después de los tímidos pitos al Tucu Hernández en el partido con el Las Palmas. «Penso que non ten nada que ver co comunicado. Aquelo tamén foi algo puntual». No obstante, sirvió para repetir la lección: «Todos sabemos que temos que ir da man. Que é todo en conxunto o que fai que o equipo esté en postos europeos», comenta Pepe Méndez.
Queda por saber cómo reaccionará el equipo. Once años atrás fue el Berizzo jugador uno de los que alzó la voz para alertar de una situación muy diferente: «Tenemos que comprometernos todos porque sin el compromiso esto no tendrá final feliz». Era marzo, y dos meses después el equipo estaba con sus huesos en Segunda.
El Toto Berizzo entrenador piensa que el 1-5 con el Valencia no tendrá consecuencias para el futuro. «Esta derrota enseña. Hay que levantar la cabeza y sobrepones a esto. El futbol tiene partidos como el del sábado. Hay que disminuir el riesgo de error, centrarse en corregirlo y no equivocarse». Será su tarea para una semana de tránsito antes de comenzar a mirar a los ojos al derbi de Riazor.
Berizzo fue testigo de excepción de los dos últimos 1-5, el primero como jugador, el segundo como técnico