La Xunta lleva al Consello su plan de transporte, e indigna a la patronal

Juan María Capeáns Garrido
juan capeáns SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

MIGUEL VILLAR

Los empresarios solo podrán negociar detalles sobre un documento que rechazan

05 jul 2017 . Actualizado a las 23:27 h.

Si el martes eran los sindicatos los que daban un golpe al contador de tiempo al anunciar una huelga indefinida a partir del 13 de julio, ayer fue la Xunta la que delimitó el espacio de negociación al propiciar que el presidente del Gobierno gallego autorice hoy la licitación del plan de transporte. ¿Qué significa? Que, como advirtió la conselleira Ethel Vázquez, no hay vuelta atrás, ni legal ni políticamente.

Esta decisión administrativa permite un margen de negociación de detalles en cada contrato de los 42 que se van a presentar, pero solo sobre este plan, y no sobre un proyecto renegociado desde cero, como querían los empresarios, que se han quedado en fuera de juego con buena parte de sus reivindicaciones.

La irritación entre los representantes de la patronal era evidente ayer por la tarde, y se notó en la virulencia con la que se dirigieron a la conselleira en un comunicado en el que se declaran «fartos das mentiras» de Vázquez, a la que acusan de argumentar sin pruebas que la propuesta de prorrogar los 600 contratos que se extinguen el 8 de agosto es ilegal.

La indignación de los empresarios aumentó a medida que avanzaba la jornada, ya que la titular de Infraestruturas había pactado un encuentro con ellos por la tarde que el gabinete suspendió sin ofrecer explicaciones convincentes. La interpretación fue inequívoca: la Xunta trató de aplazar cualquier contacto a la jornada de hoy con el plan ya avalado por el Consello y con un escenario que rechazan de plano.

Los sindicatos y la Xunta

Los empresarios se enfadaron ayer por omisión, ya que el único contacto que se celebró tuvo lugar por la mañana entre la Administración y los trabajadores. Unos y otros siguieron dándoles vueltas a asuntos como las garantías de empleo, que están muy avanzados. Tanto que por momentos parece que se va a llegar a una resolución positiva que al final se tuerce por algún fleco menor o por las diferentes sensibilidades sindicales. Por momentos los debates requieren también de la colaboración de la patronal, que no esta presente, de ahí que se mantenga el conflicto abierto a la espera de los movimientos de hoy.

Tres reuniones decisivas

La jornada será determinante para el desarrollo del conflicto. Mientras el presidente Feijoo avala en San Caetano el plan de su conselleira, y aparentemente la refuerza en el plano político tras los ataques de la patronal, los empresarios y los sindicatos se verán por vez primera en el Consello de Relacións Laborais. Esta otra reunión bilateral es clave, porque en ella se tienen que abordar las posibles mejoras salariales, que a su vez están ligadas a las garantías de los contratos y a la mejora de las condiciones económicas de cada ruta, cuestión en la que hay margen, ya que el Consello va a autorizar la licitación de las concesiones, pero no se mete en el detalle de los contenidos, que pueden variar.

Por la tarde, será el momento decisivo con la reunión a tres bandas. A partir de las cinco, la conselleira vuelve a sentar a las otras dos partes en San Caetano en una mesa en la que es muy difícil llevar las riendas. El objetivo será intentar dejar atrás los espacios de consenso -la subrogación y la garantía del empleo están muy trabajadas- y adentrarse en terrenos todavía inexplorados, como el de la integración del transporte escolar y el general, un asunto donde las diferencias parecen ser más subjetivas que reales y que no debería ser un obstáculo mientras la Xunta siga desembolsando los 120 millones de euros que cuesta el bus escolar, una enorme partida que ahora quiere optimizar.

La Administración prefirió avanzar con los trabajadores

El monumental enfado de la patronal va más allá de los desplantes de ayer y de la jugada política de llevar el plan al Consello sin modificaciones. Ante la pinza formada por los empresarios y los trabajadores, interesados ambos en presionar a la Xunta incluso con la huelga sindical, la Administración percibió que con los propietarios de las concesiones tenía poca capacidad de avance por su enmienda a la totalidad del plan. Con las centrales, en cambio, han llegado a acuerdos detallados que faltan por sellar.

La sexta jornada de huelga afectó a la vida ordinaria y a los planes de vacaciones

Así como la primera jornada de huelga afectó de forma impactante a los autobuses escolares, estas dos últimas se han colado en la vida vacacional de miles de gallegos, que no pueden desarrollar sus planes. Hubo estudiantes que faltaron a sus cursos de verano o campamentos con excursiones programadas que tuvieron que aplazar las visitas, como denunció un colectivo ourensano, que ya busca alternativas.

A pesar de la larga duración del conflicto, todavía hay gallegos y visitantes a los que pilla con el pie cambiado. Jorge Abeledo tenía previsto continuar ayer su viaje hacia A Coruña, pero la huelga de autobuses hizo que cambiara de planes. «Estoy de viaje y no me enteré de que había el paro. Tendría que estar mejor avisado. Además no hay ni servicios mínimos», comentaba a La Voz en la puerta de la estación de autobuses de Ferrol. Rosa María Rojas intentó en esa misma estación reclamar el dinero de un billete que no pudo utilizar. «Tenía uno de Alsa para viajar a Madrid. Me llamaron por teléfono dos horas antes para decirme que no habría bus por la huelga, así que tuve que gastar más dinero en el tren».

Información con aportaciones de las delegaciones de La Voz.