María Dolores Mayán: «Aunque seas buenísimo, volver es muy, muy difícil»

Carlos Punzón
c. punzón VIGO / LA VOZ

GALICIA

CARMELA QUEIJEIRO

María Dolores Mayán, investigadora biomédica, cree que la «endogamia en la universidad» y la falta de inversión frenan el retorno

20 feb 2017 . Actualizado a las 09:58 h.

Pocos investigadores de los considerados punteros en Galicia han escuchado más testimonios que María Dolores Mayán sobre las dificultades que sufren los científicos para regresar a su tierra. Organizadora de un encuentro anual de investigadores gallegos que trabajan en el extranjero, Mayán hace suya la queja de los emigrantes científicos y clama por la falta de oportunidades para la investigación de alto nivel en Galicia, pero sobre todo por la falta de sensibilidad social y política para recuperar el talento que se ha marchado, bien para completar formación en otros países o por no encontrar salidas en casa.

«Desde el 2010 la situación de los investigadores ha empeorado en España a pasos agigantados. No hay cultura científica y no se ha aprendido a confiar en el investigador, no se le da margen para obtener resultados», dice.

Mantiene que son muchos a los que le gustaría regresar. «Hay colas para volver, pero pueden hacerlo muy pocos. Ya no hay becas de captación, no hay contratos indefinidos y la investigación está muy limitada. Nadie abre las puertas a un investigador. Aunque seas bueno, buenísimo, volver es muy, muy difícil», recalca.

María Dolores Mayán fue una de las últimas científicas gallegas que obtuvo una beca Parga Pondal, programa de captación de cerebros científicos, que lamenta que ya no exista. «Las becas Ramón y Cajal tienen las plazas muy limitadas; el Servet, treinta para toda España, y la empresa privada no se involucra lo suficiente. Inditex, por ejemplo, concede dos al año y eso no llega a nada», relata.

Intentar descifrar el desencadenante de la artrosis y los cánceres de piel y mama le ha colocado en el Instituto de Investigación Biomédica de A Coruña al frente de un grupo científico con colaboradores en medio mundo, situación que le permite contrastar y denunciar «la endogamia de la universidad española». «No te llega información de las plazas que se puedan crear porque todo está muy enfocado para las personas que forman parte de cada departamento», indica.

Su solución: «Como en Estados Unidos, que no puedas trabajar en la misma universidad en la que hayas hecho la tesis o el posdoctorado, y que se invierta mucho más en investigación», concluye.