Beiras es expulsado del Parlamento tras encararse con un diputado del PP

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Será suspendido de sueldo y de sus derechos como diputado durante un plazo mínimo de 15 días que puede ser ampliable

17 mar 2016 . Actualizado a las 09:09 h.

Fue al término del debate de una iniciativa defendida por el propio Xosé Manuel Beiras sobre el rescate del nuevo hospital de Vigo. El portavoz del grupo Alternativa Galega de Esquerda (AGE) se dirigió con aspavientos hacia el escaño ocupado por Miguel Tellado, portavoz de la dirección del PP, al que le espetó: «Estaste rindo dos cidadáns».

El presidente del Parlamento gallego, Miguel Santalices, lo llamó al orden de inmediato, mostrándole la roja directa. «Eh, eh, artigo 108, queda expulsado, señor Beiras, expulsado». El dirigente nacionalista no atendió el requerimiento de forma automática y continuó su discusión con Tellado, lo que provocó que Santalices suspendiera unos segundos la sesión plenaria para ejecutar su decisión. «Está vostede expulsado e terá a corresponde sanción», advirtió Santalices.

Dicho y hecho. Beiras accedió a abandonar el hemiciclo, mientras el presidente de la Cámara le deseaba «que teña vostede un bo día». Acto seguido, Santalices informó de que al líder de AGE se le aplicará el artículo 108 del reglamento de la Cámara, que lo priva de salario y deja en suspenso sus derechos como diputado.

El artículo en cuestión estipula que cualquier persona que promueva «desorde grave coa súa conducta» será inmediatamente expulsada y suspendida de sus derechos parlamentarios por el plazo máximo de un mes, sin prejuicio de que la Mesa de la Cámara pueda agravar la sanción. Por lo de pronto, Santalices dijo verbalmente que la suspensión sería de 15 días revisables. Es decir, Beiras perderá la mitad de su salario y no podrá asistir a ninguna sesión parlamentaria en ese tiempo.

Poco después de la expulsión de Beiras, en el debate de una iniciativa sobre Álvaro Cunqueiro, la diputada de Cerna y miembro del Grupo Mixto, Mónica Fernández, protestó por la expulsión de Beiras, que consideró una decisión «antidemocrática». Y acto seguido renunció a participar en el debate marchándose de la tribuna en señal de protesta.