Los fotorrojos gallegos siguen multando a pesar del fallo del Supremo

Tamara Montero
tamara montero REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Funcionamiento básico de un fotorrojo
La Voz

Lugo y A Coruña estudiarán la sentencia y Santiago dice que no está afectada

26 ene 2016 . Actualizado a las 22:06 h.

Un fotorrojo lo sancionó en San Sebastián. Recurrió hasta las últimas consecuencias y en noviembre, el Tribunal Supremo le dio la razón. El sistema fotográfico que controla si los vehículos rebasan un semáforo con el disco en rojo no estaba sujeto a control metrológico y por eso rechazaba que las imágenes tengan valor probatorio. El Ayuntamiento donostiarra, tras conocerse el fallo, decidió retirar los dispositivos de sus calles.

Los que siguen en funcionamiento son la inmensa mayoría de los fotorrojos que operan en Galicia. La ciudad que más recurre a este sistema para vigilar a los infractores es Santiago, donde funcionan cuatro dispositivos: el primero se instaló hace tres años en la avenida de Lugo y desde el pasado septiembre funcionan también en Amor Ruibal, Romero Donallo y la plaza de España. El año pasado registraron 3.643 infracciones. El Concello afirma que no están afectados por el fallo del Supremo porque su sistema es diferente al de San Sebastián: los fotorrojos hacen siete fotografías y de todas ellas debe de extraerse que el vehículo pasó cuando el semáforo ya estaba en rojo. Además, un policía se encarga de revisar las imágenes y validar que la conducta era sancionable.

También en Lugo hay fotorrojo. El gobierno ha encargado un estudio al servicio jurídico del Concello para ver en qué medida afecta la sentencia del Supremo y, de momento, sigue operativo. La instalación de este sistema de control de tráfico fue consecuencia en su día de los graves accidentes que se producían en el tramo de la Ronda da Muralla comprendido entre las puertas de Bispo Odoario y O Carme, En su momento, cuando se conoció la resolución del alto Tribunal, el equipo de la socialista Lara Méndez, señaló: «O fotorroxo da Ronda da Muralla seguirá activo. A día de hoxe, non existe ningunha normativa legal que obrigue a que estes dispositivos pasen un control metrolóxico (porque non miden, senón que toman imaxes), nin, en consecuencia, está establecido protocolo algún para facelo, algo que, en calquera caso, debería ser definido a nivel estatal».

Vilagarcía tiene instalados tres fotorrojos en la ciudad. Desde que se colocaron en el 2010 hasta mediados del 2015 interpusieron 11.123 multas. En O Grove había también un polémica con un semáforo que se ponía rojo cuando se excedía la velocidad y multaba. En poco más de un año interpuso 6.920 sanciones. Ahora está apagado porque el actual grupo de gobierno (PSOE) está en contra de ese sistema y porque muchos conductores están interponiendo recursos ya que al parecer hay juzgados que no los admiten como prueba.

En Carballo han puesto un tiempo cámaras en un par de semáforos, pero no con fines sancionadores. Tienen un objetivo meramente informativo, estadístico y disuasorio.

También A Coruña ha optado por la instalación de fotorrojos para disuadir a los conductores de saltarse el semáforo en rojo. Aunque todavía no han entrado en funcionamiento, los dispositivos están ya ubicados en la plaza de Ourense, en Linares Rivas con Marcial del Adalid, en la avenida de Finisterre con Alfredo Vicenti y en Juan Flórez con la calle Nicaragua. La decisión de la instalación de fotorrojos en A Coruña correspondió al anterior ejecutivo. El actual gobierno municipal confirmó ayer que seguirá el mismo camino que el de Lugo: estudiará la sentencia emitida por el Tribunal Supremo y tomarán una decisión sobre el asunto.

Con las aportaciones de R. Martínez. Enrique G. Souto, Susana Luaña, X. Ameixeiras y E. Eiroa

Los magistrados mostraban disparidad de opiniones sobre las sanciones

Las salas de lo contencioso han venido pronunciándose de manera dispar sobre las multas impuestas por el sistema de fotorrojos. Uno de los últimos ha sido el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo de Ourense, que ha ordenado al Concello de o Grove retirar una multa a uno de los conductores que se saltó un semáforo con el sistema de fotorrojo. El sancionado alegó que el aparato no fue sometido al control metrológico y el Concello grovense respondió que no hacía falta, porque la máquina no utiliza un radar, sino un sistema de captación de imagen. Es decir, el infractor fue multado no por ir a una velocidad excesiva, sino por saltarse el semáforo en rojo.

Aunque el juez reconoce en su fallo que en esta materia hay disparidad de opiniones, optó por dar la razón al conductor argumentando que el semáforo en cuestión no está en un cruce de caminos y que realiza una medición de velocidad del vehículo y solo enciende la luz roja si se aproxima demasiado deprisa, por lo que la velocidad es un factor clave y debería estar sometido a la metrología.

En el sentido contrario se pronunció un juez de Lugo hace unos años. Una mujer fue sancionada por el fotorrojo ubicado en la Ronda da Muralla y acudió al Contencioso para evitar la sanción. El titular del juzgado, sin embargo, optó por rechazar las alegaciones de la conductora, que argumentó que las cámaras estaban ocultas y que no existía acreditación de su buen funcionamiento, así como que se saltó es semáforo ante el paso de una ambulancia -motivo por el que no se sanciona que alguien sobrepase el disco rojo-.

Solo capta instantáneas

En su día, el juez afirmó que «deben rexeitarse as alegacións da actora, en primeiro lugar porque o instrumento de gravación de imaxe no momento en que o semáforo está en posición vermella non ten a mesma natureza de medicións que aqueles que reflicten captación de datos coma medición de velocidade, ruído ou substancias, de xeito que este se limita á captación dunha instantánea, co obxecto, no seu caso, de detectar posibles infraccións» y añadió que en el expediente hay numerosas instantáneas en las que se ve el vehículo rebasando la línea de parada con el semáforo en rojo, «constando claramente a luz do semáforo e a identificación da matrícula, polo que a obtención da proba de cargo non deixa lugar a dúbidas da infracción».