El jurado tiene sobre la mesa los testimonios de las 128 personas que pasaron por la sala de audiencia. Con lo que dijeron, escriben ahora un veredicto basado en 21 preguntas
29 oct 2015 . Actualizado a las 11:27 h.Por la sala que acogió el juicio por la muerte de Asunta han pasado a lo largo de sus 18 sesiones un total de 128 personas entre testigos y peritos para que la verdad saliese a flote. Unas aportaron mucho, otras poco y algunas nada o casi nada. A continuación, las intervenciones más destacadas.
Pruebas testificales
La madrina. María Isabel Véliz estuvo con la niña de vacaciones en Vilanova del 31 de julio al 20 de agosto. Dijo que «la niña tenía una salud magnífica» y que «comía como una lima». «Yo nunca le di medicación, estaba como un roble».
Guardia Civil que analizó los móviles y el ordenador de Basterra. El agente declaró que en uno de los teléfonos había «40.000 imágenes». Otro guardia civil también señaló en su testimonio que una persona «con conocimientos informáticos» pudo eliminar del ordenador de Alfonso Basterra 547.000 documentos, entre ellos imágenes y vídeos de carácter sexual.
Agente que investigó las cámaras de la ciudad. Afirmó que Rosario Porto «solo realizó un recorrido de ida y otro de vuelta entre Santiago y Teo la tarde de los hechos». Por otra parte, las cámaras ««no detectan imagen de Basterra durante esa tarde».
Miembro de la investigación. El agente dejó claros los motivos por los que arrestaron a la acusada. «Rosario nos dijo que había ido sola a la casa de Montouto pero las grabaciones de las cámaras demostraron que mintió. Por eso fue detenida», explicó.
La joven que dijo ver a Basterra en la calle con su hija. La tarde en que la mataron, Basterra estaba con su hija en la calle sobre las 18.20 horas, según una joven que conocía a ambos. Presentó un tique de compra que le dieron dos minutos antes de verlos.
Vecino de la pista de Teo. «Juraría por mi madre que el cuerpo de la niña no estaba allí antes de la medianoche», testificó, Explicó que había pasado aquella tarde hasta tres veces por la pista sin ver el cadáver.
Los hombres que encontraron el cuerpo. «Me dio la sensación que cuando estábamos junto a él alguien nos miraba», dijo uno de ellos. Y añadió: «Creo que movieron su cuerpo. Tenía el brazo en distinta posición».
Profesoras de música. Intentaron esclarecer un episodio en el que Asunta Basterra acudió «drogada» y «como sonámbula» a sus clases de música el 22 de julio. La niña aseguró a una de sus profesoras que había estado durmiendo dos días y se mostró indispuesta en clase. «Asunta estaba mareada, dijo que había tomado unos polvos», explicó la docente, quien reprodujo la siguiente conversación; «¿Quién te los dio?». «Mamá», dijo la niña. «¿Y a mamá?», preguntó la profesora. «Una señora en el portal», replicó la menor. Tras esta conversación, la pequeña le dijo: «Nadie me quiere decir la verdad, yo no tengo alergia pero me dieron unos polvos blancos». «La niña estaba como drogada», concluyó una de las maestras.
La cuidadora. Destacó que la menor tenía «una salud perfecta». «Asunta era una niña sanísima», dijo. Con respecto a la presunta alergia que padecía la joven, negó que la viese estornudar en primavera y que «nunca» la había oído bromear «sobre ello».
La mejor amiga de Asunta. En su declaración afirma: «Me dijo que la quisieron matar, pero no le di importancia porque era muy bromista». Se refería al mensaje que le envió Asunta después del episodio del hombre enmascarado que la intentó estrangular mientras dormía.
El hombre del semen. Cerón Jaramillo ha negado haber estado en Galicia el 21 de septiembre, ni en todo 2013. «No conocía a la niña, ni a su familia ni a su entorno», aseguró.
El agente que inspeccionó el coche de Rosario. «No se encontró tierra de la pista en la alfombrilla».
Directivo del Ateneo. «Mantengo mi amistad, creo que ella no tiene nada que ver con todo esto», declaró.
Hermanos de Basterra. El ordenador del acusado «no lo tocó nadie. Cuando hicieron el registro en el piso, se lo dejaron olvidado».
El jardinero de la casa de Teo. «Nunca vi esa cuerda naranja en la finca».
Pruebas periciales
Toxicólogos. Asunta «había tomado 27 pastillas de un miligramo» de este ansiolítico el día en que murió.
Especialistas en análisis capilares. Las toxicólogas gallegas recibieron cabellos de 22 centímetros de largo. Usaron los nueve más próximos a la raíz, lo equivalente a «nueve meses o un año de crecimiento», y detectaron también en él lorazepam, además de otro ansiolítico presente en menor medida, nordiazepam, en los tramos equivalentes a los «tres o cuatro últimos meses». No hallaron rastro, sin embargo, de medicamentos antihistamínicos.
Forense que realizó la autopsia. Situó la hora de la muerte de Asunta entre las 4 y las 8 de la tarde.
Contraperitaje de la defensa. Criticaron en su informe que no se tuviese nunca en cuenta la temperatura corporal y ambiental para determinar con mayor precisión la hora de la muerte, que sitúan hacia la medianoche.
Laboratorio de Madrid. Los guardias civiles que trabajan en el laboratorio de biología de Criminalística se han arropado entre ellos y han descartado ante el jurado popular la hipótesis de la contaminación en sus dependencias. Se refieren al semen hallado en su camiseta y que se relacionó con Jaramillo. Otros inspectores, en cambio, sí aprecian que hubo contaminación.
Teléfonos móviles. El del acusado no tuvo conexión en toda esa tarde y el de Rosario estaba en Teo.
Científicos. «Hallamos ADN del acusado en la ropa interior de la víctima».
Análisis de las cuerdas. En los pañuelos de papel recogidos de la misma papelera, había perfil de Asunta y de su madre, mientras que en ninguno de los dos cuchillos incautados en la casa de recreo ni en ninguna de las cuerdas naranja investigadas apareció ADN. «No podemos acreditar que las cuerdas halladas junto al cadáver pertenezcan a la bobina encontrada en Teo», dijeron.
Psiquiatras. El último que atendió a Rosario declaró que esta le dijo el 31 de julio que no estaba medicada, cuando su marido llevaba un mes comprando Orfidal.