Una herida que tarda en curar

Cristóbal Ramírez

GALICIA

14 sep 2015 . Actualizado a las 13:36 h.

La detención del (presunto) asesino de Denise Thiem encierra una relevancia para Galicia y su principal marca mundial -el Camino- que sobrepasa la mera alegría que todo bien nacido debe manifestar por la captura de un personaje de tal calaña.

Por supuesto que lo más importante de todo esto es que a Denise Thiem ya no hay quien le devuelva la vida. Y por supuesto también que Miguel Ángel Muñoz, que así se llama el ciudadano que ya está durmiendo gratuitamente en dependencias adecuadas a su posición y estado, tiene derecho a un juicio justo.

Pero dicho todo eso, el caso de Denise Thiem ha hecho un terrible daño a Galicia. Cierto, pasó en la provincia de León -donde hace cinco días una peregrina noruega se quedaba justo con lo puesto tras otro robo-, pero la lógica identificación del Camino con Santiago hace que las miradas se dirijan a Galicia: el ofrecimiento de que interviniera el FBI, las recientes declaraciones del embajador de Corea del Sur preocupándose por la seguridad de sus nacionales, los nada menos que 300 agentes de la Policía española -helicóptero incluido- blindando la Ruta jacobea en León y los nervios en los peregrinos al cruzar esa provincia son los ingredientes de una puñalada que va a tardar en curar. Pasemos página cuanto antes.