Feijoo afirma que la sanidad pública está garantizada mientras él sea presidente

La Voz SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

El presidente de la Xunta matiza a la conselleira: «O obxectivo que temos é seguir mellorando as prestacións»

24 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El jefe del Ejecutivo autónomo, Alberto Núñez Feijoo, se apresuró ayer a matizar las declaraciones que su conselleira de Sanidade, Rocío Mosquera, había realizado en Santander el día anterior, cuando advirtió de que el «coste social y económico» de la sanidad pública será «imposible de asumir» si no se adoptan iniciativas correctoras. «Mentres eu sexa presidente da Xunta, está garantida. E, se nalgún momento non estivera, sería o primeiro en denuncialo. A sanidade pública é irrenunciable», sentenció, en réplica implícita marca de la casa, el mandatario popular.

«O tomamos medidas a medio y largo plazo, o el sistema será insostenible», había manifestado Mosquera el miércoles. En el marco del encuentro Health literacy, empoderamiento de pacientes y ciudadanos, celebrado en la capital cántabra, la titular de la cartera había lamentado también la «deficiente alfabetización» de la población en materia de salud, así como la «inadecuada autogestión de la enfermedad» y el «mal uso de los recursos preventivos», entre otros males de necesaria erradicación.

La reacción a esas palabras copó ayer buena parte de la habitual comparecencia de Feijoo tras el Consello de la Xunta. Directamente, el presidente eludió avalar o bien desautorizar a su conselleira. No obstante, garantizó el mantenimiento de los servicios al paciente y negó contundentemente que su Gabinete maneje planes de recorte. Al contrario. «O obxectivo que temos -arguyó- é seguir mellorando as prestacións sanitarias e a eficacia do sistema. Queremos seguir operando a máis xente, atendendo a máis xente, diagnosticando a máis xente... Seguir dando unha asistencia sanitaria con maior calidade e eficiencia».

Sí reconoció el jefe del Ejecutivo, sin embargo, que la sanidad pública, en sí misma, supone «un reto permanente e obrigado para calquera gobernante que crea nela». Citó, entre los desafíos a los que deberá hacer frente en el futuro, el envejecimiento creciente de la población, el incremento de los enfermos crónicos, el aumento de la esperanza de vida, el constante surgimiento de nuevos fármacos que los administrados enseguida reclaman, la incipiente demanda de asistencia en el hogar y el cambio en el modelo de tratamiento de patologías como el cáncer, cuyo combate camina cada vez más hacia soluciones individualizadas, no estándar.

«Temos que afrontar eses retos da viabilidade do sistema sanitario público. [...] Temos que ter diñeiro dispoñible para buscar esas solucións», expuso. Y abundó: «O que están dicindo os responsables públicos é que hai tensións en sanidade e que a medio e longo prazo, evidentemente, España, Alemaña, Francia, Italia, Reino Unido... terán que buscar fórmulas para seguir financiando o sistema sanitario público con cargo aos orzamentos públicos, porque iso significa destinar máis recursos á sanidade pública», argumentó. Una sanidad que hoy en día, debido a la caída de ingresos en las arcas autonómicas durante la crisis, ya consume algo más de dos de cada cinco euros que gasta la Xunta, remarcó Feijoo.

El presidente de la Xunta, con todo, quiso diferenciar con claridad la situación que atraviesa en estos momentos la sanidad pública, mejor, de un par de episodios recientes «moi difíciles». «Houbo un -narró- nos anos 95, 96 e 97, onde estivo a piques de colapsar o sistema e houbo que facer tres operacións de saneamento, e outro de dificultade durante o ano 2011 e o 2012». Él asistió a ambos de cerca: el primero como máximo responsable del antiguo Instituto Nacional de la Salud (Insalud) y el segundo ya al frente de San Caetano.

En poco se parece aquel panorama al de ahora, insistió, para luego subrayar: «Temos retos no futuro, pero a sanidade pública, mentres eu sexa presidente da Xunta, está garantida». Se trata de una sentencia casi idéntica a la que hubo de recurrir el 12 de diciembre del 2013, cuando las principales ciudades de la comunidad acogieron manifestaciones de protesta y en el Sergas los sindicatos convocaron una huelga de 48 horas. «Se alguén quere defender a sanidade pública, que se poña ao meu carón. Está blindada hoxe e o estará mentres eu estea no Goberno de Galicia», había dicho entonces.