El hombre se presentó en el cuartel de la Guardia Civil de Fene y forcejeó con los agentes, pero solo logró una noche de calabozo tras ser arrestado
10 jul 2015 . Actualizado a las 11:25 h.Un hombre se presentó el pasado martes en el puesto de la Guardia Civil de Fene y les pidió a los agentes que lo detuvieran, porque no tenía donde dormir y quería ir a la cárcel, ya que allí al menos tendría una cama y comida caliente. Se trata de un vecino de Pontedeume de 41 años que responde a las iniciales M.J.S.M. y que, por lo visto, se encuentra en una situación desesperada.
Los hechos ocurrieron a las 13.45 horas. El hombre accedió a la puerta del comandante del puesto y pidió que le solucionasen su problema, con la amenaza de que si no lo hacían no abandonaba el cuartel.
Los agentes le ofrecieron información sobre los recursos que tenía a su disposición, empezando por los Servicios Sociales de Fene, continuando por Cáritas y, en último término, el Refugio Pardo de Atín de Caranza. Ninguna de las opciones resultó de su agrado, por lo que insistió hasta la saciedad en que quería dormir bajo techo y comida caliente, y que la mejor opción era la cárcel.
En un momento dado, este eumés llegó a decirles a los guardias que si hacía falta salía a la calle y robaba en una casa, dejándose coger después.
Incluso planteó la posibilidad de matar a alguien o pegarles a los agentes, todo ello mientras los guardias lo invitaban a marcharse y él se negaba reiteradamente. En su empeño de ser detenido propinó un empujón a uno de los miembros del instituto armado y forcejeó con varios, logrando su propósito de pasar una noche a cubierto en los calabozos de la Guardia Civil, aunque solo fuesen unas pocas horas, porque ayer por la mañana ya fue puesto a disposición de la jueza de guardia de Ferrol.
Multa de 480 euros por resistencia
La titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Ferrol, en funciones de guardia esta semana, firmó ayer mismo una sentencia de conformidad, previo asentimiento del acusado, condenando al eumés desesperado a la pena de 480 euros de multa como autor de un delito de resistencia a agentes de la autoridad policial.
De este modo, M.J.S.M., que ayer estaba más calmado, volvió a quedar de nuevo en la calle, pero con una deuda más.