Las mafias siguen en Arousa 25 años después de la operación Nécora

Susana Luaña Louzao
susana luaña VILAGARCÍA / LA VOZ

GALICIA

EFE / Kote

Las asociaciones antidroga se reunirán hoy para conmemorar una fecha histórica que puso rostro a los narcos que operaban en la ría

12 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Aquella madrugada, solo faltó Don Johnson con sus trajes de lino para que la ría de Arousa pareciese un plató de Corrupción en Miami. Hasta 350 policías desplazados desde Madrid y de algunas comisaría gallegas, helicópteros sobrevolando los pazos de los capos gallegos y un juez que iba camino de convertirse en estrella, Baltasar Garzón, fueron el cóctel perfecto de la Operación Nécora, la primera gran investigación contra el tráfico de drogas en la ría de Arousa que acabó con la impunidad de los narcotraficantes y les puso cara a quienes habían sustituido el contrabando de tabaco por el más lucrativo negocio de la coca.

El entonces inspector jefe de la comisaría de la Policía Nacional de Vilagarcía, Enrique León, estaba en un juicio en Madrid aquella mañana, por lo que no se enteró hasta su vuelta, al mediodía, de la que se había montado en la ría. «Lo hicieron con mucho sigilo y lo hicieron bien -recuerda-, porque de otra manera podría haberse abortado la operación. Pero que no lo supiésemos no quiere decir que nos sorprendiese, porque nosotros llevábamos años avisando a nuestros superiores de lo que estaba pasando en la ría».

Esas mismas advertencias las estaban realizando, ante la Audiencia Nacional, las incipientes asociaciones de lucha contra la droga, que se quejaban de la impotencia con la que eran testigos de la impunidad con la que trabajaban en la ría quienes habían dejado de introducir rubio de batea para sustituirlo en las bodegas de sus barcos por toneladas de cocaína. Carmen Durán, de Desperta Cambados, recuerda que aquella mañana fue recibida con abrazos por sus compañeros en el colegio en el que daba clase, y ella no sabía por qué: «¡Estarás contenta, leváronos a todos, aos narcotraficantes!». Los boletines de radio llevaban retransmitiéndolo desde primera hora de la mañana, pero ella no se había enterado.

A todos no se los llevaron. La jornada concluyó con 16 detenciones en Arousa y en Madrid; entre ellas, para volver al símil de Corrupción en Miami, personajes de la yet set como Carlos Goyanes o Celso Barreiro. Algunos de los que estaban en la lista no pudieron ser detenidos porque no se encontraban en casa; sin embargo a otros, como Laureano Oubiña, lo pillaron los policías en pijama en su mansión de A Laxe. No sabía el capo que, a esa misma hora, los helicópteros aterrizaban en su pazo de Baión para registrarlo.

El macrojuicio

El macrojuicio de la Operación Nécora se celebró tres años después en la Casa de Campo de Madrid. Allí fue donde se le puso rostro no a todos los que eran, pero sí a todos los que estaban; entre ellos, los que no tardarían en copar páginas y páginas de periódicos, como Manuel Charlín, Laureano Oubiña, Paz Carballo o Padín Gestoso. En el banquillo de los acusados se sentaron 52 personas y en la sentencia que se dictó unos meses después, tres de cada cuatro resultaron condenados. A Oubiña y a su mujer, Esther Lago, le cayeron doce años. «Mucho ruido y pocas nueces», pensaron algunos.

Dos de cada tres imputados fueron condenados y la mayoría acabaron reincidiendo

Aunque en un principio se criticó que las penas eran escasas para la trascendencia que se le dio al proceso, con los años la Operación Nécora acabó siendo rehabilitada. Más que nada porque el tiempo puso a cada uno en su sitio, y está claro que el sitio de los imputados era la cárcel. Los que no fueron condenados entonces, cayeron en redadas posteriores, y los que se fueron con una pena baja, no tardaron en volver a prisión.

Pero la Operación Nécora tuvo, sobre todo, una función social. Enrique León, que estuvo mucho tiempo al frente de la comisaría de la Policía Nacional de Vilagarcía, asegura 25 años después que «fue un aldabonazo, porque le hizo llegar a la gente la problemática que había». Según Carmen Durán, «foi un éxito; visualizouse a xustiza, e fíxose case sen medios». La que fuera presidenta de Desperta Cambados recuerda que «ese día tiveron que levar máquinas de escribir da Audiencia, e os funcionarios as levaron da súa casa porque non había, e cando se acabaron as cintas, o xuíz Garzón mandounas comprar e pagounas do seu bolso».

Concentración en Cambados

Esas mujeres a las que llamaban «as tolas» porque montaban un espectáculo en cada redada que se hacía, se juntarán hoy de nuevo, 25 años después del desembarco de Garzón en la ría de Arousa, para conmemorar aquella fecha. Será a las 12.30 horas ante el Concello de Cambados, e invitan a sumarse a la ciudadanía, a la que quieren recordar, una vez más, que la guerra del narcotráfico sigue ahí, aunque aquel día la Justicia le haya ganado la batalla a la impunidad.