La red que vendía aguardiente ilegal pensó incluso en distribuirla en polvo
07 dic 2024 . Actualizado a las 17:48 h.La red de distribución ilegal de bebidas alcohólicas entre Portugal y Galicia desarticulada el martes era consciente de que tanto la Guardia Nacional Republicana lusa (GNR) como la Policía Nacional española seguían de cerca sus pasos. Desde julio del 2013 las autoridades portuguesas mantenían en activo una operación para destapar el grupo del que estaban convencidos de que no solo producía bebidas alcohólicas al margen de todo control fiscal, sino que tampoco se sometía a examen sanitario alguno, lo que lleva a la investigación a indicar que «además de prohibido sea posiblemente nocivo para la salud».
Las conversaciones telefónicas grabadas en Portugal y España a los quince detenidos revelan las precauciones que habían decidido tomar en sus operaciones de tráfico ilegal ante la seguridad de la inminencia de un golpe policial. «Hay algo raro y hay que andar con pocas cantidades, porque tal y como está la cosa van a hacer una redada seguro. Limpia un poco y reparte para que no nos cojan con todo junto», se hace constar en la instrucción del caso del que se ha hecho cargo el Juzgado de Instrucción número 1 de Vigo.
Alcohol en polvo
«La solución es el alcohol en polvo», se recoge en otra de las conversaciones telefónicas interceptadas entre dos de los supuestos distribuidores y transportadores de la producción entre Portugal y Galicia aludiendo a una fórmula de reparto y almacenamiento menos comprometida que con las garrafas que movían entre los dos lados de la frontera.
Los investigadores dan cuenta en sus informes policiales de la multitud de encargos telefónicos que recibía la red. «José les pide mil litros de blanca y 500 de amarilla». «2.000 de [licor] café y 2.000 de blanca», se recoge de otra conversación. «David pide 1.000 y 3.000», se apunta en otra transcripción. «Para el martes hacen falta 1.000 de café y 1.000 de blanco, y el viernes otro tanto», se sigue relatando en el argumentario policial para certificar el alto nivel de producción y venta de la supuesta red en territorio gallego a decenas de compradores. En otra llamada, el encargo lleva incluso aparejada una segunda petición: «Me tienes que mandar 500 de hierbas, 500 de café y 200 de tostada y después me enseñas a hacer tú eso».
Pero su mercado abarcaría incluso a ventas al detalle y hasta con precintos. «2 de café, 2 de hierbas y 2 de crema», se apunta en la transmisión telefónica de otro pedido, cuyo cliente hace indicar que las quiere «precintadas». Una clienta encarga en agosto del 2013 telefónicamente al único imputado que ha ingresado en prisión, Carlos M.: «Botellas para llevar, sin etiqueta y sin nada, en vez de garrafón, lo quieren en botella y con tapón nuevo».
Las investigaciones policiales otorgan a cada uno de los detenidos en Galicia un papel específico, aunque hasta al receptor principal del alcohol producido en Portugal se le llegaron a encontrar en su furgoneta en el momento de la detención en Vigo 800 kilos de azúcar y 72 de café que utilizarían supuestamente para hacer una mezcla en una nave del sur de la ciudad.
La vigilancia policial a la que el grupo estaba convencido de estaba siendo sometido en Portugal, sobre todo después de conocer que uno de los proveedores habituales de aquel país habría «cantado y dado una lista con el nombre y teléfonos de todos», llevó a la red a sufrir desabastecimiento de la producción de bebidas alcohólicas que les llevó a doblar el precio de venta y también a perder compradores temporalmente. «Igual están encima de la gente, y tienen miedo, por eso no piden», explica uno de los detenidos a otro de sus compañeros en una de las grabaciones. En función de la disponibilidad y presión policial los precios por litro oscilaron entre 2 euros, 2,40 y hasta 4 euros, según se hace constar en el sumario.
Con anticongelante
La nave industrial de Vigo era el principal destino de la red. La trama era dirigida por tres jefes, cada uno a cargo de un equipo. Uno de ellos, que tenía su base en San Cibrán das Viñas, pidió precaución porque la GNR lo acababa de pillar en Portugal cuando transportaba 3.000 litros de aguardiente pirata.
Los agentes hallaron en dicha nave 15 bidones con 1.000 litros de aguardiente de hierbas o licor café. Además, había 3 sacos de Tripolifosfato de sodio, que el dueño portugués Sergio C.B.A. identificó como anticongelante alimentario. Dentro de otro depósito, hallaron otros tres sacos de este tipo. Es una sal incolora que se usa como aditivo para detergentes y jabones. La policía se pregunta si realmente lo usaron para añadir a los licores. En el registro también hallaron alcoholímetros y aromas de café, caramelo e hierbas.
Hubo otro registro en un bar de Dozón, que contaba con tanques para licores y cajas de vino. Allí hallaron sustancias en polvo cuya composición va a analizar la policía. Todos estos indicios corroboran que la red, supuestamente, traía la materia prima de Portugal y luego fabricaba sus productos en Vigo a demanda de los clientes, que les piden garrafas de «blanca» o cajas de «crema».