Rescatan a un joven que pasó día y medio en una cueva de Bueu tras sufrir un esguince
GALICIA
«Escuchaba pasos, gritaba, pero nadie vino», relató este pontevedrés, quien ya se recupera de las lesiones en su casa
01 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.Como tiene por costumbre, este jueves, David López Cameselle se desplazó hasta el entorno de Cabo Udra, en Bueu, para completar una de las rutas que suele realizar por este paraje natural. Sin embargo, en esta ocasión, la mala suerte vino por partida doble: sufrió un esguince que le impedía apoyar el pie el mismo día que se olvidó el móvil en casa.
Ayer, este conocido monitor deportivo, explicó que sufrió la lesión «en una zona bastante rocosa, tenía que escalar». Es por ello que, viendo que el tiempo se le echaba encima, «preferí pasar la noche para guardar fuerzas». Buscó refugio en una cueva próxima a la playa de Ancoradoiro.
Simultáneamente, en Pontevedra, a medida que pasaban las horas y que no se presentaba en su puesto de trabajo, la preocupación se acrecentaba. Ayer, transcurridas las veinticuatro horas desde la última vez que habían tenido noticia del joven de 27 años -escribió un mensaje con el texto «Buon Giorno» en un chat de WhatsApp el mismo jueves por la mañana-, se interpuso la denuncia en la Comisaría que activó el protocolo de búsqueda.
Desde la Policía Nacional de Pontevedra se avisó al resto de comisarías y a los puestos de la Guardia Civil, dando cuenta de que tampoco se localizaba el Seat Ibiza del pontevedrés. Este detalle fue vital.
Y es que, sobre las cuatro y media de la tarde, una patrulla de la Guardia Civil del puesto de Marín localizaba el vehículo en la zona de estacionamiento de Cabo Udra. Al tiempo que se avisaba a Salvamento Marítimo, que a su vez requirió la intervención de la Guardia Civil del Mar y del helicóptero Pesca I. Aproximadamente sesenta minutos después, los agentes localizaban a David López y lo auxiliaban, al tiempo que solicitaban la presencia de una ambulancia del 061 y se desplazaba a la zona una patrulla de la Policía Local de Bueu.
Al margen del esguince que motivó que fuera derivado al Hospital Montecelo de Pontevedra y alguna contusión, el estado de salud del pontevedrés era bueno. Tras pasar día y medio en la cueva, ayer reconocía que lo peores momentos fueron cuando «escuchaba pasos, gritaba, pero nadie venía. Alguna gente escuché e, incluso, vi pasar algún barco de frente, moví los brazos, grite, pero nada...».
Camino del hospital, indicaba que «nunca salgó sin móvil. Siempre que voy a hacer una ruta lo pongo antes a cargar, da igual que esté descargado o no. Esta vez me marché, pero no lo cogí».