«Nunca imaxinei que por pillar o coche bebido acabaría no cárcere»

Lucía Rey
lucía rey LUGO / LA VOZ

GALICIA

Vassalo acude a un curso de chapa y pintura, como «premio» por su comportamiento carcelario.
Vassalo acude a un curso de chapa y pintura, como «premio» por su comportamiento carcelario. óscar < / span>cela< / span>

Dos alcoholemias y una multa de tráfico llevaron a prisión a este albañil de Monforte

12 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Año 2010. Un sábado de noche, Carlos Vassalo conduce su coche con varias copas de más. En un control rutinario, la Policía Nacional le da el alto, el control de alcoholemia da positivo, y este albañil de Monforte pasa la noche en el calabozo. «Ao día seguinte leváronme ao xulgado e condenáronme por un delito contra a seguridade vial, pero caéronme menos de dous anos e ao non ter antecentes quedei libre», relata. Año 2011. Carlos regresa a Galicia tras visitar en Portugal a su mujer y a su hijo. La policía lo para y lo multa por conducir sin puntos. El hombre suma una nueva condena -«penso que esta vez de 150 días», dice- y regresa a casa. Año 2012. Vassalo añade una tercera pena de cárcel por no pagar la multa cuando le retiraron el carné. El 9 de diciembre del 2013 ingresa en la prisión de Bonxe, en Outeiro de Rei. «O día que me chamaron era un día normal, volvía á casa do traballo. Sabía que tiña que entrar porque o xulgado tíñame avisado, pero no fondo nunca imaxinei que por pillar o coche bebido acabaría no cárcere», lamenta.

Con 37 años cumplidos, accede a relatar su experiencia -en España había 250 personas en su situación en julio- para pedir prudencia y sensatez al volante, sobre todo a la juventud. «Se leva o coche, que non beba, e que ande como ten que andar: legal, con seguro e con puntos. As fins de semana eu andaba como moita xente nova, de discoteca, excedendo e pillando o coche», reconoce Vassalo, que acude al programa de alcohol de Cruz Roja en Bonxe. A través de la organización humanitaria, él y 13 internos más asisten a un curso de chapa y pintura promovido por la asociación provincial de talleres (Aprevar) y el proyecto Reincorpora de La Caixa. «Es un premio por el comportamiento en el centro», explica una de las trabajadoras del plan de empleo de Cruz Roja, Lucía Fraiz. Además de prácticas, la iniciativa incluye un servicio solidario en el que los participantes elaboraron folletos que repartieron en la calle para concienciar sobre los peligros de mezclar alcohol, drogas y carretera. «Cando te paran ou te multan, pensas que non se van acordar, pero quédalles todo escrito no ordenador. ¡Non se olvidan non!», retoma Vassalo.

Solo comer y dormir

carlos vassalo usuario del programa de alcohol de cruz roja en la cárcel de bonxe

«Hai que andar con seguro e con puntos. A Garda Civil ten todo no ordenador. ¡Non se olvida non!»

La vida entre rejas es dura, especialmente para quienes fuera tienen una vida «normal», con trabajo, familia... «Trato de non pensar moito, así que en Bonxe paso a metade do tempo durmindo. Só baixo comer», confiesa Carlos, que incluso ha renunciado a varios permisos extraordinarios. «Meus pais veñen verme todos os meses», señala. Con su mujer y su hijo, de 3 años, las emociones son aún más fuertes. «Están en Vila do Conde, cerca de Porto, e viñeron unha vez, pero non quero que me vexan aquí máis. Quero ir eu velos á casa, aínda que teña que esperar meses», afirma, e insiste: «Se a xente quere beber, que non leve o coche; e se o leva, que non conduza, que llo leve un amigo». Según lo previsto, el 6 de marzo del 2015 será de nuevo libre. Su cuenta atrás continúa.