Francisco Vázquez: «Un sector numeroso ha hecho del PSOE una oficina de empleo»

Francisco Espiñeira Fandiño
Francisco Espiñeira A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

CESAR QUIAN

«En vez de primarias, lo que hace falta es debate ideológico», avisa

17 feb 2014 . Actualizado a las 09:42 h.

Ha sido el protagonista involuntario de la semana. Francisco Vázquez (A Coruña, 1946) acudió a escuchar una conferencia de Albert Rivera y a algunas militantes socialistas, como la diputada Laura Seara, la exparlamentaria Loli Rodríguez Amoroso o una concejala que le acompañó en varias listas electorales, Yoya Neira, no les gustó y pidieron su expulsión del PSOE. «Eso es una tontería, pero no les voy a contestar porque sería darles una importancia que no tienen», dice preocupado «porque se han reabierto todos los problemas que alteran la convivencia de las personas por la falta de diálogo de los dos grandes partidos».

-¿Por qué cree que molestó su presencia en el acto de Rivera?

-Lo que a algunas voces de mi partido debería preocuparles no es mi presencia, sino las quinientas personas, muchas de ellas jóvenes, que asistieron y que fueron más de las que reunió Alfredo Pérez Rubalcaba en su último mitin en la ciudad, al que también fui. Rivera tiene un discurso nuevo, una visión muy clara de la situación y un compromiso claro con la defensa de la Constitución y de la unidad de España. Y es además valiente, porque lo hace en un clima hostil, dominado por el independentismo radical. Es un fenómeno a observar y, además de poder ir a donde me dé la gana, por eso quise asistir a su charla.

«Fue más gente a ver a Rivera que al último mitin de Rubalcaba. Eso es lo preocupante»

-¿Se siente atacado?

-Me sorprenden algunas críticas, que son propias de auténticos aprendices de comisarios políticos y que demuestran el nivel de sectarismo que se ha instalado en mi partido.

-¿Ha pensado en abandonar?

-Nunca. Ya lo dije alguna vez. Yo no he cambiado. Mi definición es muy sencilla: soy españolista, socialdemócrata y católico. Y así era el partido que conquistó elecciones y pilotó el gran éxito de la convivencia colectiva que fue la Transición. Soy, he sido y siempre seré socialista. Pero tengo la sensación de que un sector numeroso del PSOE ha hecho del partido una oficina de empleo y un medio de vida, desvirtuando su principal razón de ser, como bien ha descrito en su último libro el compañero Joaquín Leguina, donde quedan retratados muchos de los actuales dirigentes, que son los mismos que nos trajeron a esta situación con su papel destacado en los años de Zapatero.

-¿Qué necesita el PSOE?

-Los actuales dirigentes están alejando el partido de su estructura histórica y política como partido de izquierdas, impulsor del cambio social. No hablamos del partido de Pablo Iglesias, Indalecio Prieto o Largo Caballero, sino del de Felipe González. Por eso me sorprende que una de las obsesiones de Rubalcaba y sus acompañantes es acabar con el legado de la transición, en el que el PSOE tuvo especial influencia y que es el mejor ejemplo de convivencia. Ahora, lo que prima es la destrucción de ese clima de reconciliación y diálogo.

-¿Cree que ha perdido el respeto del socialismo gallego?

-Yo actúo conforme a lo que considero que debo hacer. Me trae sin cuidado la aprobación o la condena de unos pocos. Por eso me parece importante la actitud demostrada por José Ramón Gómez Besteiro, que refleja su actitud abierta y tolerante, por encima de actitudes sectarias. Del actual PSOE a nivel nacional, Besteiro es de los pocos que considero un referente, junto al alcalde de Toledo Emiliano García Page, y el de Zaragoza, al que ahora se acosa desde dentro del partido, Juan Alberto Belloch. Pocos más.

«Besteiro es de los pocos referentes del actual PSOE, junto a García Page y Belloch»

-¿Ayudarán las primarias?

-Ese es otro tema que me causa cierta gracia. Nada tiene que ver con la democratización del partido, que ya tiene sus cauces para elegir a representantes de forma directa. Lo que hace falta es un debate ideológico de verdad, una confrontación de modelos, más allá de las personas. Y eso de que pueda votar cualquiera poniendo dos euros convertirá todo esto en un circo. Imagínese al PP, mandando a sus simpatizantes a votar al candidato que más les convenga a cambio de dos euritos...

-¿Las suprimiría?

-Estoy a favor de la participación máxima de los militantes, pero mediante la contraposición de ideas y proyectos. Si las primarias se hacen para elegir entre el candidato de Cospedal y el de Arenas, como el PP en Andalucía, haremos el ridículo.

-¿Cómo ve las europeas?

-Pues mandamos a Elena Valenciano de candidata, que es un claro y cualificado exponente del aparato que nos ha traído a esta situación. Y leo que va a centrar el debate político en el aborto, que es un tema que está fuera de la agenda europea. Ahí hay otros problemas, el paro, la multiculturalidad, la emigración... Me asombra.