Los indigentes que mataron al hombre que los acogió en casa, condenados a 19 años

a. mahía A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

La pareja acusada de matar al indigente, ayer, en los juzgados en A Coruña.
La pareja acusada de matar al indigente, ayer, en los juzgados en A Coruña. a. m.< / span>

El hombre y la mujer le pagaron el favor robándole y matándolo dos meses después de entrar a vivir en su casa

05 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El coruñés Manuel Lodeiro se encontró en uno de sus paseos con una pareja durmiendo a la intemperie. Aquello le partió el corazón y no dudó un instante en abrirles la puerta de su casa. Les dijo que se quedaran a vivir con él todo el tiempo que necesitaran. Dos meses después, ese hombre y esa mujer le pagaron el favor robándole y matándolo. Ocurrió en octubre del 2011 en la calle Orillamar, en A Coruña. Hace un mes los homicidas fueron juzgados. Él le echó la culpa a ella y ella a él. Pero la jueza de la sección segunda de la Audiencia Provincial los culpó a los dos. Les impuso una pena de 19 años de prisión.

La víctima tenía 78 años cuando tuvo la desgracia de conocer a esta pareja en agosto del 2011. En la calle, donde hacían vida los ahora condenados. El hombre pensó que esta pareja le haría buena compañía y les ofreció un cuarto. Según la sentencia, durante los primeros días y semanas, la convivencia fue correcta. Pero de pronto comenzaron los problemas. Primero fueron las amenazas y luego llegaron los robos. El septuagenario llegó a poner una denuncia contra ellos, que retiró por la promesa que le hicieron de abandonar la vivienda. Pero no lo hicieron. Continuaron las amenazas hasta que a mediados de octubre los procesados se presentaron en la habitación de la víctima, que estaba acostada, se le echaron encima y le rompieron el cuello.

Durante dos o tres días, la pareja continuó en el piso junto al cadáver, hasta que decidieron huir de la ciudad. Se fueron a Portugal. Y allí fueron detenidos.

Cuando el cuerpo de ese buen hombre apareció tendido en el pasillo de su piso del número 25 de la calle de Orillamar nadie podía imaginar entonces que detrás de esa muerte podría estar la mano de una mala persona. El fallecido no gozaba de buena salud, en la casa todo estaba en su sitio y no se veían señales de violencia por ningún lado, de ahí que la muerte natural fuese la hipótesis más fiable. Así lo pensaban todos al principio, desde la policía, al juez que levantó el cadáver. Hasta que se le hizo la autopsia y el caso dio un vuelco. Los forenses vieron lo que no se veía a simple vista, que este hombre había sido asesinado.

Los procesados se defendieron desde el banquillo de la Audiencia Provincial de A Coruña el mes pasado. Pero cada uno lo hizo por su lado. Él, que se llama Bruno y tiene 40 años, se declaró inocente. Y acusó a la que entonces era su pareja de cometer el crimen. Explicó que su compañera estaba cansada de que el fallecido le propusiese a cada rato mantener relaciones. Así que el 2 de octubre del 2011, tras confesarle su pareja que iba a acabar con el anciano, se fue a su habitación y lo estranguló. Cuando quiso hacer algo para salvarle la vida ya era demasiado tarde. Y con el cadáver del hombre continuaron residiendo en el piso durante tres días. ¿Cómo puede compartir vida con un muerto en la habitación de al lado? «No se lo recomiendo a nadie», respondió el individuo.

Ella lo negó todo. Es más, juró que el asesino fue su pareja, «una persona muy violenta, sobre todo cuando bebía o se drogaba», que la maltrataba y que la tenía amenazada de muerte. No era feliz junto a su compañero. «Maldita la hora en la que lo conocí», dijo. Añadió que «era muy celoso, posesivo y dominante, y no soportaba que el anciano hablase conmigo». El día del crimen, su pareja le ordenó que fuese a por cerveza al mediodía. Cuando regresó lo encontró muy nervioso. Y en tres días no se enteró de que la víctima yacía en su habitación, que estaba cerrada. Hasta que empezó a preocuparse y la abrió.