Galicia reduce a la mitad el número de epicentros de marcha nocturna

A. Martínez / M. Cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Muchos jóvenes dejan de recorrer decenas de kilómetros para ir de copas debido a la crisis

19 ago 2013 . Actualizado a las 19:36 h.

El mapa de la movida nocturna en Galicia está en constante cambio. Hasta el 2012 eran diez las localidades gallegas que lograban mantenerse como epicentros de la marcha juvenil, una cantidad que, debido a la bajada de afluencia que viven Santa Comba o Carral, se ha reducido a la mitad este verano. Los concellos que logran aguantar durante todo el año son O Porriño, Tui, Sarria y Melide. A estos hay que añadir Sanxenxo y Portonovo, que son un centro de referencia en los meses estivales, y Santa Comba y Ordes en menor grado. Las razones que explican el cambio: el paro juvenil y la merma de ingresos de las familias. Estos factores han reducido también el número de kilómetros que recorren los jóvenes cada fin de semana para ir de copas. Por no hablar de los cambios en los hábitos de consumo.

Los concellos que se mantienen

Cada sábado en Melide, la Guardia Civil de Tráfico y la Policía Local necesitan aumentar su personal para hacer controles de alcoholemia, velocidad y drogas a la entrada del municipio. Ese día jóvenes de Lugo, Guntín, Palas de Rei, Lalín, Curtis... llegan a esa población ubicada en medio del Camino de Santiago para salir de marcha.

Algo parecido ocurre en Sarria, una villa levantada también a los pies del Camino Francés, un factor que ha contribuido a que la marcha nocturna pueda mantenerse durante todo el año. Porque ahí, además de los peregrinos, cada sábado van también jóvenes de localidades ubicadas en un radio de entre treinta y cincuenta a kilómetros como Chantada, Quiroga, Monforte y Becerreá.

Estas últimas han cedido protagonismo a Sarria, que ahora ha logrado incrementar la población nocturna hasta un 40 % cada fin de semana. En este sentido, fuentes de la Policía Local explican que «parece que la crisis no ha afectado al municipio. Es verdad que antes había casi más locales que gente, y siempre llenos, pero este año tan solo ha cerrado uno y, además, no hay problemas de seguridad».

Además de estos concellos del interior, O Porriño y Tui, en Pontevedra, no solo logran aguantar, incluso han aumentado. «Antes la fiesta era los domingos, pero ahora hay la misma marcha también los sábados», explica un miembro de la Policía Local de Tui. Y da datos: «El fin de semana podemos llegar a tener hasta 1.500 jóvenes más. Vienen por la autovía y recorren hasta 35 kilómetros para salir de marcha». En O Porriño ocurre algo parecido. Hasta ahí acuden jóvenes de todos los municipios colindantes, también de Portugal. Por esa razón, dice un agente de la Policía Local, «los viernes necesitamos reforzar la seguridad con patrullas nocturnas». Aunque los problemas que surgen de madrugada nunca son graves. «Como mucho, roturas de mobiliario urbano», explica.

Ordes reactiva la movida

El concello de Ordes, que se ganó el título de capital de la movida gallega a finales de los noventa, fue perdiendo atractivo para los jóvenes, alcanzando en el año 2011 sus horas más bajas. Ese año el número de locales se redujo a la mitad y los que permanecieron abiertos sobrevivieron a duras penas hasta el 2012, cuando los hosteleros de este municipio colaboraron para sacar a sus negocios de la crisis, implantando medidas como el noitebús gratuito, la inversión en márketing y la promoción a través de las redes sociales. Miguel Seijo, miembro de la Asociación de Hostelería de Ordes, explica que pronto se dieron cuenta de que «a inversión realizada no noitebús non surtía o efecto desexado». Decidieron entonces abandonar esa acción y redistribuir los recursos en propuestas como el bono taxi, un programa de colaboración entre los taxis de la villa y los locales de hostelería que permite a los clientes viajar hasta a la mitad del precio normal, y los eventos especiales, como la Gala Olimpus o el Samaín Ordense.

Estas iniciativas provocaron un incremento medio del 25 % en la facturación de los últimos nueve meses. Además, algunos establecimientos han multiplicado por cuatro la facturación del año pasado. Seijo explica que «o obxectivo fixado é lograr un incremento similar ao longo do ano».

Pero no todos los concellos pueden decir lo mismo. Hasta en Santa Comba, uno de los grandes templos de la movida nocturna, ven cómo el negocio va a peor. Y en Carral, que antes acogía los domingos a jóvenes de varios municipios coruñeses e incluso de Lugo, ha bajado la afluencia de gente de fuera, por lo que muchos fines de semana la discoteca Party abre solo para gente de la localidad. Este municipio, igual que Ponteceso, sufre desde el 2012 una caída que antes ya mermó la marcha nocturna en Verín, Cambados, Cospeito o Muimenta.

Lejos quedan los tiempos en los que, por ejemplo, la discoteca Hermo de Muimenta reunía a personas llegadas de todos los puntos de la provincia de Lugo. «La cosa está muy mal. Peor que el año pasado», aseguran desde dicha discoteca.

Y también hay concellos que, a falta de albergar público de otras partes de Galicia, se mantienen a flote gracias a sus propios vecinos. Boiro es un ejemplo de concello donde la movida se mantiene gracias a la población local, porque recibe mucha menos gente de fuera.