Supongo que Ximena González creerá en la democracia. Básicamente porque forma parte del sistema. A la concejala nacionalista se le supone, por tanto, el respeto a la libertad de expresión. Pero es mucho suponer. El viernes, cuando un periodista de La Voz cumplió con su deber (ir, ver, escuchar y contar) no le gustó. Usó el foro público que es el pleno del Concello de Ourense para mostrar su apoyo a Arnaldo Otegui. Y cuando su intervención («porque está preso por defender a liberdade do seu país») se convirtió en noticia no dudó en censurar al periodista y en encender la mecha de las redes sociales. Activó un escrache digital contra el redactor porque, en su opinión, la criminalizaba por sus declaraciones. Nada más lejos de la realidad: contaba lo que pasó y así quedó recogido en el periódico pero también en el acta del pleno. Decía Ximena (de paso daba lecciones de periodismo cuando se le desconoce formación o experiencia al respecto) que la información se quedaba con la anécdota y no con otras cuestiones de interés municipal. Pero olvidaba que fue ella quien sacó a pasear a Otegui. Y así, la mujer a la que se le llena la boca hablando de libertad, se atragantó.
Sin periodismo, Ximena, no hay democracia. Sin periodistas que lo ejerzan sin cortapisas, tampoco. Puede que el problema sea que a ti no te interesa. Que estés a otra cosa. Pero en ese caso pienso (y esta es mi opinión, la mía, y puedo darla) que tienes que hacértelo mirar.